-¡Vamos! ¡Levántate!
-No...
-¿Cómo que no?
-No puedo...
-"No puedo" no me sirve.
-Me da igual...- la chica se giró para darle la espalda a su amiga.
-No pienso dejar que te pudras ahí por gilipolleces.
-No es una gilipollez...
-¿Qué no? ¡Oh venga! ¡Por eso no te vas a quedar en cama todo el día!
-No quiero hacer nada... No tengo ganas ni de hablar...
-Me da igual lo que quieras o no. Te saco de la cama como que me llamo Luna.
Luna tiró del brazo de su amiga, haciendo que esta la mirara directamente a los ojos.
-En serio, que no quiero...- siguió insistiendo ella.
-En ocasiones me irritas.
-Me da igual...
-¡Tía! ¡Espabila! ¡Que no ha muerto nadie!
-No tengo ganas...
-En ocasiones eres imbécil...
-Me da igual.
-¡Elisabeth joder! ¡Que solo se va de ERASMUS! ¡ni que te fuera a dejar, joder!
-Tú no lo entiendes... No puedo estar sin él...
-¡Oh, venga! ¿Acaso es que no te fías de él?
-No hay persona en la que confíe más...
-¿Entonces? Venga Eli... Anímate. Así solo conseguirás que Tom se sienta aún peor.
Eli no le respondió. Se quedó mirando hacia el vacío, con la mirada perdida y casi sin brillo.
-Eli... Sois la pareja más fuerte y perfecta que conozco. Ojalá la mía hubiera sido como es la vuestra...
-Tu ex era un imbécil. No tiene ni la menor idea del pedazo chica que se ha perdido.
-Tampoco se ha perdido mucho...- hizo un movimiento de mano indicando que exageraba.
-¿Que no? ¡Luna por favor! Estás aquí animándome un viernes por la noche, cuando podrías estar por ahí de fiesta.
-Mi amiga está deprimida. Me parece más importante ayudarla que emborracharme y bailar hasta que me sangren los pies.
Eli abrazó con fuerza a su amiga.
-Y yo no me merezco una amiga como tú- le sonrió.
-¿Cómo que no? Si soy una amiga como otra cualquiera...
-¿Cómo otra cualquiera? ¡No me hagas reír! Yo te ayudé mucho menos con tus cosillas.
-Suficiente.
-Luna... En toda mi vida, bueno, tampoco soy tan vieja, he tenido una amiga como tú- suspiró y le sonrió, sentándose sobre las rodillas, para poder mirarla a los ojos-. Nadie me ha ayudado tanto como tú. Es más, me soportas cada día en clase- continuó, impidiendo que su amiga la interrumpiera-. Aguantas mis peores días, que son muchos. Eres amable conmigo y siempre buscas la manera de hacerme sonreír.Y por si fuera poco... ¡Aguantas que te hable constantemente de Tommy!- se empezó a reír.
Su amiga la abrazó, sonriendo.
-No seas tonta... No te soporto, me soportas tú a mí siguió sonriéndole-. Y tú me has ayudado con mis enfados y peleas con mi ex.
-No me cuesta nada, Luna, por ti haría lo que hiciera falta, ya lo sabes- la miró con los ojos húmedos- Eres... Mi mejor amiga... La única que es capaz de mirarme y saber cómo me siento realmente.
-Será porque estoy todo el maldito día contigo- añadió quitándole importancia.
-Maldita... ¡No te quites importancia!- las lágrimas empezaron a caerle por el rostro.
-No llores... Si lo haces, lo haré yo...- dijo evitando llorar.
-No puedo evitarlo... Es que... Joder... Luna... Eres la mejor amiga del mundo... Ni te imaginas lo importante que eres para mí y lo muchísimo que te quiero. En serio... Gracias por ser mi amiga.
-Idiota... No tienes que darme las gracias,
Ambas se abrazaron durante un rato, olvidando cuales eran sus problemas y sin preocuparse por nada.
-Deja que me cambie... ¡Y vámonos de fiesta!- le sonrió Eli.
Mi pequeño lugar seguro en donde dejo volar mi imaginación con diferentes historias y en el que escribo lo que siento.
domingo, 29 de marzo de 2015
viernes, 27 de marzo de 2015
¿Sientes lo mismo?
-Tengo miedo- confesó ella entre susurros.
-¿A qué le tienes miedo?- le preguntó él, dedicándole una mirada de profunda preocupación.
-No... No puedo decírtelo...
-¿Por qué no?
-Porque me da miedo...
-Vamos, cielo, no debes temer hablar- le sonrió y apoyó su mano sobre el hombro de ella, animándola a hablar-. Y menos miedo deberías tener de contármelo a mí.
-Pero...
-Nada de peros, cielo.
-Está bien...- suspiró cerrando los ojos.
-Vamos, anímate y suelta eso que te da miedo. Puedes confiar en mí, ¿recuerdas?
-Sí, lo sé...
-Pues venga, ya sabes lo curioso que soy.
-Solo tengo miedo a confesarte como me siento.
-¿Tan mal te sientes?
-No, no es eso... Sino que... Me he enamorado...
-¡Pero eso es bueno!- se rió- ¿Por qué sientes miedo por confesarme eso?
-Porque del que me he enamorado es de ti...- le confesó de forma directa.
-Sigo sin entender porqué eso te da miedo- le sonrió, de forma suspicaz y divertida.
-Por tu reacción. Tengo miedo a lo que...
Sin permitirle seguir, él la besó. Un primer beso que ninguno se esperaba. Un primer beso ansiado.
-No tengas miedo por sentir lo que sientes, idiota. ¿No ves que no eres la única que siente eso?
-Entonces...
-Sí, yo también me he enamorado de ti.
-¿Por qué nunca me dijiste nada?
-Porque nunca imaginé que tú podrías sentir lo mismo.
-¿Y ahora qué?
-¿Qué te parece un nuevo beso?- sin permitirle responder, volvió a darle un cálido beso.
-¿A qué le tienes miedo?- le preguntó él, dedicándole una mirada de profunda preocupación.
-No... No puedo decírtelo...
-¿Por qué no?
-Porque me da miedo...
-Vamos, cielo, no debes temer hablar- le sonrió y apoyó su mano sobre el hombro de ella, animándola a hablar-. Y menos miedo deberías tener de contármelo a mí.
-Pero...
-Nada de peros, cielo.
-Está bien...- suspiró cerrando los ojos.
-Vamos, anímate y suelta eso que te da miedo. Puedes confiar en mí, ¿recuerdas?
-Sí, lo sé...
-Pues venga, ya sabes lo curioso que soy.
-Solo tengo miedo a confesarte como me siento.
-¿Tan mal te sientes?
-No, no es eso... Sino que... Me he enamorado...
-¡Pero eso es bueno!- se rió- ¿Por qué sientes miedo por confesarme eso?
-Porque del que me he enamorado es de ti...- le confesó de forma directa.
-Sigo sin entender porqué eso te da miedo- le sonrió, de forma suspicaz y divertida.
-Por tu reacción. Tengo miedo a lo que...
Sin permitirle seguir, él la besó. Un primer beso que ninguno se esperaba. Un primer beso ansiado.
-No tengas miedo por sentir lo que sientes, idiota. ¿No ves que no eres la única que siente eso?
-Entonces...
-Sí, yo también me he enamorado de ti.
-¿Por qué nunca me dijiste nada?
-Porque nunca imaginé que tú podrías sentir lo mismo.
-¿Y ahora qué?
-¿Qué te parece un nuevo beso?- sin permitirle responder, volvió a darle un cálido beso.
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