martes, 22 de abril de 2014

¿Por qué no se puede escribir sobre lo que quiero?

Ella escribía en su viejo ordenador de mesa, tecleaba con rapidez. No pasaron muchos minutos hasta que dejó de escribir. Un alto resoplido sonó en la habitación, se la veía frustrada, frotándose los ojos, como cansada. Su mente divagaba, no sabía si aquello que escribía iba a buscar. Un romance homosexual, una pareja de chicos jóvenes.
Se deshizo el moño y miró la pantalla un par de minutos. Finalmente seleccionó todo lo que había escrito. Sabía que eso no era lo que su editorial no iba a aceptar esa historia ya que no se iba a vender. ¿Por qué sólo podía escribir sobre lobos, vampiros, novelas eróticas o historias sobre una joven enamorada?
Ella se encontraba cansada de escribir sobre lo que la editorial le exigía. A ella le encantaba escribir cosas diferentes, historias que le gustaban. ¿Por qué no podía seguir escribiendo aquella historia que se le había ocurrido?
Se tiró sobre el colchón de su cama, cada vez más frustrada. Ojalá se le ocurriera una forma de escribir, sin importar el número de personas que leyesen...
No tardó demasiado en volver al ordenar, acceder a la web y crear un blog. Allí escribiría todo lo que se le ocurriese, sin importar nada más. Empezó a escribir aquella historia sobre la pareja homosexual. Mientras, seguiría escribiendo todo lo que su editorial quisiese.
Un blog era una forma de publicar todo aquello que le gustaba, no importaba que no fuera a ganar dinero con ello. Al fin podría alegrar al menos a un par de personas con una lectura de su agrado,
Ya no importaba que sólo se publicasen libros eróticos o historias fantásticas. Existía un lugar donde se puede leer de forma más variada.

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