sábado, 10 de febrero de 2018

III: Conociendo a todos

Sin apenas tiempo a cerrar la puerta del despacho del jefe, alguien tiró de mi brazo, intentando llamar mi atención.
-Ven, te voy a presentar al resto. Porque comerás con nosotros, ¿verdad? Ya verás, somos una piña. Te caerán bien. - Mateo hablaba de seguido, sin dejarme intervenir en ningún momento para responderle.
El chico me condujo hacia un amplio comedor, donde había 4 personas sentadas alrededor de una mesa. Todas ellas llevaban una camiseta con el logo de la empresa en el pecho y un nombre y la palabra monitor en la espalda, grabadas en la tela.
-Chicos, os presento a Nico, el chico nuevo.
-Encantada, soy Natalia.
-Y yo Sandra.
-Yo soy Miguel.
-Y yo soy Verónica.
Los miré uno a uno, quedándome bien con sus caras. Natalia era morena con ojos marrones, no demasiado alta. Sandra era la más alta, también de ojos marrones y pelo castaño. Verónica, oh, ella era la más atractiva, también puede ser porque siempre me han ido más las pelirrojas de ojos verdes. Y por último, Miguel, era rubio de ojos casi negros, no tan musculado como Mateo, pero no se quedaba atrás con buen cuerpo.
-Encantado -les dediqué mi mejor sonrisa, encantador y quizás, algo seductor, no podía evitarlo, me salía solo.
Me senté entre Vero y Mateo tras coger una bandeja con algo de comida. La conversación se centró en mi. Querían saber lo básico, de dónde venía, qué me gustaba, cómo acabé aquí..., y todas esas cosas.

Tras una larga comida, en que la mayor parte del tiempo hablábamos en lugar de comer, me llevaron a conocer bien las zonas de la empresa y me explicaron que haría a partir del día siguiente. El trabajo no iba a resultar difícil, pues todo el deporte me encantaba. Mis compañeros me habían agradado. Sin duda, lo pasaría genial en este nuevo. Por una vez, tenía ganas de empezar a trabajar al día siguiente.

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