jueves, 29 de abril de 2021

Odio conducir

     Quizás odiar no es la palabra. Es más bien que no me gusta, me causa un tremendo temor y no me siento cómoda. No es que sea mala conductora, pero desde que tengo el carnet me ha ocurrido un par de cosas que no me han ayudado a sentirme segura al volante.

    El coche de mis padres salió algo defectuoso, se cala bastante. Siendo novel, en un mismo semáforo en semicuesta, se me caló el coche en dos ocasiones. En la primera, me pitaron tanto que me pusieron nerviosa y no fui capaz de seguir, teniendo que sacar el coche mi padre, da igual que llevara la L, a los otros conductores no les importa nada. La segunda, el de detrás me golpeó. Detesto usar ese coche y, si puedo, lo evito.

    Aun a día de hoy me da reparo arrancar en cuesta, sea el coche que sea. Me da miedo pensar en que se me vaya hacia atrás y pueda golpear al coche que tenga detrás.

    También, con el que era mi coche, no iba mejor la cosa. Este tenía poca fuerza en el motor, con lo cual tenía dificultadas para aparcar en cuesta marcha atrás, pues le costaba demasiado y solía irse un largo rato hacia delante, incluso aún estando ya prendido, le costaba ir hacia atrás si la cuesta tenía mucha pendiente.

    Tampoco es que no confíe en mis habilidades, sino que no confío en los demás conductores. Ya he tenido que frenar en seco porque los demás me adelanta de mala manera cuando casi no queda espacio o por incorporarse en el carril o carretera sin mirar.

    El único "accidente" que he tenido que haya sido "culpa mía" ocurrió en un día de lluvia intensa, bastante oscuro. Tras comprobar que no venía nadie, empecé a arrancar, pero sí había un coche y, aunque frené a tiempo, la lluvia me arrastró un poco, haciendo que rozara el otro coche. Todo salió bien, y la mujer era amable, vecina de mi mejor amiga. Ese mismo día también se me quedó el coche sin batería, pues no me di cuenta de que me dejara las luces encendidas mientras hacíamos el parte.

    Quizás debería olvidar mis miedos y conducir más, pero me cuesta. Es algo que iré superando poco a poco, supongo.

    Pero es que lo odio... Cono dijo mi profesor de autoescuela: "se nota que lo haces por autooblogación".

    Conducir, a día de hoy (si no vives en una ciudad con un buen transporte público) es necesario. Me guste o no, tendré que hacerlo.


lunes, 26 de abril de 2021

Acentos

     A pesar de ser gallega, soy de una zona con un acento suave, lo que me ha causado oír mil veces la frase de "¿cómo as a ser gallega si no tienes acento?". Sobra decir que en cada comunidad autónoma hay varios acentos, dependiendo de la zona en la que estés. No, no tengo ese característico acento de A Coruña, por eso no tengo ese característico acento gallego que usan en la televisión para imitarnos. Yo soy de una zona costera del Sur de Pontevedra. Entre nosotros decimos que ellos hablan como si fueran del monte (de una forma algo bruta), y de nosotros dicen que hablamos cantando (de una forma más cantarina).

    Mi acento ligero hace que otros más marcados se me peguen con facilidad. Eso es lo que se me pasó al poco de mudarme a Canarias. Pero también recupero pronto mi acento natal al volver a casa.

    No solo me pasa al irme a otra zona, sino que adapto mi forma de hablar, sin darme cuenta, según el tono o acento que tiene mi interlocutor. Lo que me provoca las burlas de algunos por cambiar tan drásticamente mi forma de hablar.

    No sé porqué, pero me pasa siempre. No puedo controlarlo ni tampoco me molesta. Solo creo que tengo una adaptación rápida a otras culturas, sobre todo con su forma de hablar.

    Aunque es lógico que se pierda un acepto suave, cambiándose poco a poco por otro más fuerte.

    Quizás, si fuera de otra zona de Galicia, mi acento no se vería tan afectado. Como le suelen ocurrir a la mayoría de los latinos que llevan parte de su vida en España, que da igual el tiempo que pase, no suelen perder su acento original.

    Lo que sé, es que, aunque pierda mi acento, nunca voy a olvidar mis raíces, ni mi cultura. No lo hice la primera vez, ni lo haré de nuevo. Estoy orgullosa de mi lugar de nacimiento y no por dejarlo, me voy a olvidar.