viernes, 14 de febrero de 2014

Vamos a calentar la silla #26

¿Qué corriera? ¿Cómo iba a poder hacerlo si estaba congelada? Realmente no sé cómo lo conseguí, pero empecé a correr, en mi vida había corrido a semejante velocidad. Tenía miedo de mirar hacia atrás y encontrarme con ese pajarraco. No sabía a dónde ir, ya que a mi casa no podía volver, no les podría explicar a mis padres y mis tíos la extraña desaparición de Alfred. Tenía que pensar con rapidez, decidir a que lugar debería ir para protegerme de esa bestia.
Me metí por unos callejones cercanos al parque, creía recordar que allí había un edificio abandonado. Así era, allí se encontraba, parecía intacto a pesar de que llevaba 5 años vacío. Entré rápido, atracando la puerta con un armario que había en la entrada. No sabía si allí estaría a salvo, pero por el momento todo estaba tranquilo. Me dejé caer en el suelo lleno de polvo, para recobrar el aliento.
Pasaron cinco minutos y como seguí sin sentir nada, decidí explorar el edificio. Usé la linterna de mi móvil para iluminar el lugar, pues ya empezaba a anochecer y el lugar estaba bastante oscuro, En la entrada sólo había aquel armario que había usado para atrancar la puerta, unas escaleras que iban hacia el piso superior y cuatro puertas. La de mi derecha conducía a una cocina, para mi sorpresa estaba perfectamente amueblada, con su mesas y sillas, una nevera, una despensa detrás de otra puerta, una vitrocerámica, un horno, un lavavajillas y un microondas. La puerta de mi izquierda conducía a un salón, también amueblado: sofá, tele y una estantería. La puerta que estaba pegada a las escaleras conducía a otras, que llevaban al sótano, dónde sólo había una lavadora. La otra puerta conducía a un pequeño aseo. Subí las escaleras y me encontré con con tres habitaciones y dos baños. Estaba sorprendida de que alguien pudiera haber abandonado un lugar como ese.
Fuera oscurecía, tenía que volver a casa, pero no podía hacerlo sin Alferd... No sabía que hacer... Además, tenía miedo de salir y encontrármelo aún con su aspecto de cuervo gigante.
Finalmente decidí salir, y allí estaba él, mirándome fijamente.
-Tenemos que hablar...

domingo, 2 de febrero de 2014

Sigue el juego #0

Hace un par de semanas, más o menos, Ghost me propuso escribir una historia entre ambos, pero no como Vamos a calentar la silla, En esta ocasión el o yo pondríamos 3 palabras, y a partir de esas mismas, el otro tendría que poner un fragmento y al final de su parte, poner 3 palabras para que el otro escribiera. Me gustó la idea, pero nunca la empecé y hoy se me ha ocurrido empezar. Así que, aquí van esas 3 palabras que Ghost va a tener que usar.
 
                                            diente, frío, caballito de mar

sábado, 1 de febrero de 2014

Vamos a calentar la silla #25

 Si, me habló al llegar al parque, pero no me gustó lo que dijo. Decía cosas extrañas, hablaba sin coherencia. Me asusté. Tiritaba, más por frío que por miedo. Le empezó a salir espuma por la boca. Los ojos, se le pusieron negros y la carne comenzó a desgarrarse. De las heridas salían plumas.

Para que podáis imaginarlo... pensad en una peli de hombres lobo, pues Alfred estaba transmutando en un pájaro gigante.

Pico, plumas, garras... todo era negro. Se había transformado por completo en... ¿un cuervo? En ese momento recordé. Estaba en su juego desde el principio. Todo tenía sentido ahora. El cuervo...

 -Al... Alfred- dije dubitativa- ¿estás ahí?
 -Diana... CORRE!