jueves, 2 de octubre de 2014

Mensaje no enviada

Hace ya un par de horas que no se conectaba, la chica aprovechó para dejarle un mensaje en el chat de Facebook. Teclea, dudosa, un mensaje para ese chico:

Hola.

Sé de sobra que ahora no estás conectado y que tampoco lo estarás hasta dentro de unas horas, pero, lo que te quiero decir es algo que no sería capaz de contártelo cara a cara o sabiendo que lees según yo escribo.
Desde hace ya mucho tiempo que estoy enamorada de ti, sí, ya sé que esto te lo contara Mat, pero creo que ha llegado el momento en que sea yo misma la que te haga saber lo que realmente siento por ti. Así que, aquí estoy, confesándote por escrito que me gustas, Eric, y cada día me siento más atraída por ti. No pasa ni un solo segundo en el que no seas el protagonista de todos y cada uno de mis pensamientos.
Siento una enrome tristeza al saber que tú y yo nunca seremos nada más que lo que ya somos. unos muy buenos amigos, quizás inseparables, pero no tanto como a mí me gustaría.
El tiempo pasa y mi mayor sueño no llega a cumplirse. Te veo allí, con esa sonrisa que me enamora y esa mirada que consigue que me pierda en ella. Desearía ser capaz de alcanzarte, llegar a ser todo aquello que te mereces, ser tu chica, a la que ames con locura y hagas todo por ella.
No dejo de soñar que estamos juntos, sin nadie que nos moleste, felices en nuestro mundo y alejados de los problemas del resto, sonrientes, enamorados y alocados. Sueño en que pintamos estrellas amarillas en el azul techo de mi habitación, que te hago una pequeña mancha con el pincel lleno de pintura, que tú finges enfado y me acabas besando como nunca lo habías hecho. Sueño con que me quedo dormida entre tus musculados brazos, que me pegas a ti, acariciándome la mejilla y protegiendo, que cuando me despierto, me susurras al oído lo mucho que me quieres.
Mis mejillas se inundan de lágrimas al saber que todo eso no es real, que es una fantasía creada por mi mente, que todo lo que anhelo, nunca llegará a mí.
Eric, te quiero y desearía estar contigo, en que me hicieras tuya y me sacaras una sonrisa.
Quizás sea demasiado tarde para decirte todo esto, o quizás no, pero yo ya no podía seguir en silencio. Sólo quiero saber qué es lo que sientes tú por mi...

Tras terminar de escribir, manda el mensaje, aún con los dedos temblorosos, sin mirar la pantalla del ordenador, se tira hacia atrás y decide ir a por algo de beber.

En lo que ella no se había fijado, es que había aparecido un mensaje que indicaba: "mensaje no enviada" y que sus sentimientos, se quedaría perdidos en la red.

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