Había pasado una semana desde que Sam se había ido con su padre para poder investigar acerca de aquella supuesta maldición que le impedía tener una relación normal con su novio. Durante toda aquella semana Taku no salió de su habitación y apenas había hablado con Nana y Gaziel.
El chico se encontraba tirado en cama boca abajo cuando escuchó como alguien llamaba a la puerta de su habitación. Sin moverse, abrió la puerta desde la cama, con un leve movimiento de mano y usando su magia. Al otro lado una chica morena le sonreía de lado, pero él ni siquiera la miraba, pues seguía boca abajo.
-¿Así es como recibes a tu novia después de una semana?
-¡Sam!- Al escuchar la voz de su chica, el vampiro saltó de la cama y la cogió entre sus brazos, abrazándola con fuerza y la besó con pasión.
-Hola amor, ¿me echabas de menos?- La chica le sonreía cálidamente mientras le acariciaba la mejilla.
-¿Qué si te echaba de menos?- Volvió a besar a su novia antes de volver a responderle-. ¿Cómo no iba a hacerlo? Llevo una semana sin ti.
-Lo siento amor. Pero al menos he encontrado los libros de los que nuestros padres hablaban, y he estado estudiando el contenido del que estaba en posesión de mi padre. El otro está aquí, en la biblioteca, bueno, realmente ahora está en mi mochila.
La chica se sentó en la cama de su novio y éste se sentó a su lado, abrazándola.
-¿Y bien? ¿Qué pone en el libro?
-Verás...- Sam apoyó la cabeza sobre el hombre de Taku y cerró los ojos antes de contarle el contenido del libro-. Desgraciadamente he de decirte que ni tu madre ni mi padre nos mintieron ni exageraron acerca de las consecuencias de nuestra relación.
-Entonces... ¿No podemos estar juntos? ¿No hay ninguna solución?- Le preguntó el chico con un tono suave y bajo que mostraba lo dolido y disgustado que se sentía tras recibir esa información.
-Sí hay solución. Debemos hablar con ellos.
-¡Pero si están muertos! ¿Cómo vamos a poder hablar con ellos, Sam?
La chica se rió antes de responderle, pero, a Taku no le hizo ninguna gracia que su novia se riera con algo que podría destrozar su relación.
-Amor, ¿te olvidas que soy un demonio? Ya deberías saber que invocar muertos no me cuesta nada. Salvo que estos no son como los demás y hay que hacerlo de una forma diferente, por eso necesito ambos libros.
-¡Pues hablemos ya con ellos!
-No podemos hacerlo hasta dentro de 6 meses.
-¿Seis meses?, ¿por qué?
-Al parecer ellos no llegaron a durar eso, pues su relación se rompió antes- sonríe apenada antes de seguir con su relato-, así que, para nuestros ancestros, a partir de ese tiempo se demuestra que una relación es pura.
-¡Menuda gilipollez! Muchas relaciones se rompen después de ese tiempo.
-Ya lo sé, amor, pero, aguantaremos.
El chico asintió y le dio un pequeño beso en los labios.
-Amor, eres la mejor, enserio. ¿Qué quieres hacer ahora?
-Me duele la espalda del estrés de esta semana. ¿Puedes darme un masaje?
-Claro, acuéstate.
Sam se acostó boca abajo y Taku empezó a pasar sus manos por la espalda de la chica, masajeándosela y relajándole los músculos.
No había pasado mucho cuando alguien llamó a la puerta.
-¿Y ahora quién es?- Preguntó Taku mientras se dirigía a la puerta para abrirla.
-Takumu Arai- el que estaba al otra lado de la puerta miró hacia el interior de la habitación-. Un viaje que me ahorro. Takumu, Samantha. Habéis sido expulsados de la academia. Tenéis una hora para recoger vuestras cosas y marcharos.
-¿Por qué?- Quiso saber el chico.
-Orden directa de tu madre, al parecer habéis incumplido muchas de las normas de la academia. Cosa que me creo, pues Samantha se encuentra en tu cuarto fuera del horario permitido- el chico se rió con ganas y añadió-. Al fin se hace justicia.
El miembro del consejo escolar se alejó de allí antes que ninguno de los dos pudiera añadir nada.
-Esa vieja es una zorra- gruñó Taku-. Ahora mismo iré a hablar con ella.
-No amor, es igual. Bueno, iré a guardar mis cosas. ¿Nos vemos en una hora en la entrada?
-Sí. Pero Sam, ¿no quieres quedarte y acabar tus estudios?
-No. Odio este sitio, sólo me quedaba porque estabas tú.
Taku sonrió y besó a su novia. Tras separarse, Sam cogió su mochila y se dirigió a su cuarto para recoger sus cosas.
Mi pequeño lugar seguro en donde dejo volar mi imaginación con diferentes historias y en el que escribo lo que siento.
martes, 30 de diciembre de 2014
miércoles, 24 de diciembre de 2014
Vida repetitiva
Cada día es una copia exacta del anterior, la monotonía se hace agotadora y deprimente. No cambia nada, todo es igual y repetitivo. Mismas bromas, mismas canciones, mismas personas vistiendo todas exactamente igual, sin cambia siquiera el color de las prendas. Y todos ellos con unas idénticas sonrisas en sus rostros, como copias salidas de un mismo molde.
El cansancio va en aumento, impidiendo hacer nuevas cosas y sólo permitiendo realizar las mismas actividades diarias. La lucha contra la rutina cada vez es más complicada y va haciendo imposible ser diferente a los demás.
Caminando por la calle cada vez se encuentra con menos diferencias entre sus vecinos. Hasta sus perros caminan y ladran igual. Pasa la mirada por cada persona, buscando una seña de identidad que los distinga unos de otros, pero, desgraciadamente, hasta tienen las mismas pecas en la cara.
Los días siguen pasando y, a pesar de su continua lucha, él empieza a ser como el resto del mundo. Su ropa es igual a la de los demás, su móvil tiene las misma melodías que las de sus compañeros de trabajo. Sus bromas son las mismas que otros había hecho ese mismo día y su risa empieza a ser igual que la de los demás. Poco a poco él también se empieza a convertir en otra copia sacada del mismo molde que los demás. Ya sólo le queda su distintivo color de pelo y su corte irregular.
El tiempo sigue pasando y él ya no se diferencia entre la multitud. Sus movimientos son como los de los demás, ya nada en él es único.
La gente de la calle pasea en la misma dirección y caminando a un ritmo común, sin variaciones en sus movimientos. En cada edificio se escuchan las mismas conversaciones, los mismos chistes y las mismas lecciones. Poco a poco, la sociedad fue amoldando a toda su población hasta convertirlos en sus muñecos a los que transforma como ella quiere.
Finalmente, toda su vida es repetitiva.
El cansancio va en aumento, impidiendo hacer nuevas cosas y sólo permitiendo realizar las mismas actividades diarias. La lucha contra la rutina cada vez es más complicada y va haciendo imposible ser diferente a los demás.
Caminando por la calle cada vez se encuentra con menos diferencias entre sus vecinos. Hasta sus perros caminan y ladran igual. Pasa la mirada por cada persona, buscando una seña de identidad que los distinga unos de otros, pero, desgraciadamente, hasta tienen las mismas pecas en la cara.
Los días siguen pasando y, a pesar de su continua lucha, él empieza a ser como el resto del mundo. Su ropa es igual a la de los demás, su móvil tiene las misma melodías que las de sus compañeros de trabajo. Sus bromas son las mismas que otros había hecho ese mismo día y su risa empieza a ser igual que la de los demás. Poco a poco él también se empieza a convertir en otra copia sacada del mismo molde que los demás. Ya sólo le queda su distintivo color de pelo y su corte irregular.
El tiempo sigue pasando y él ya no se diferencia entre la multitud. Sus movimientos son como los de los demás, ya nada en él es único.
La gente de la calle pasea en la misma dirección y caminando a un ritmo común, sin variaciones en sus movimientos. En cada edificio se escuchan las mismas conversaciones, los mismos chistes y las mismas lecciones. Poco a poco, la sociedad fue amoldando a toda su población hasta convertirlos en sus muñecos a los que transforma como ella quiere.
Finalmente, toda su vida es repetitiva.
domingo, 21 de diciembre de 2014
7: ¿Ahora tú también?
El padre de Sam se acercaba a ellos, con un caminar firme y decidido, lo que hizo que los chicos se pararan, sabían que no les quedaba otra que escuchar aquello que les quería contar.
-¿Ahora tú también vienes a decirnos que no podemos estar juntos, viejo?- Sam fulminaba a su padre con la mirada, estaba enfadada, sólo quería pasar lo que quedaba de día tranquila junto a su novio.
-Sí. Lo siento Samantha pero Takumu y tú no podréis estar juntos nunca.
-¿Por qué? ¿Tú qué sabrás de lo que podemos o no podemos hacer?
-Sé mucho más de lo que vosotros sabéis- el señor Night miraba a ambos chicos-. Y por eso te prohíbo que salgas con él.
-A diferencia de ti, yo no odio a los vampiros- le espetó la demonio a su padre. Miró a su suegra y gruñendo le dijo- si tanto me odiabas, ¿por qué permitiste que entrara en esta academia?
-Porque no sabía quién era tu padre, además, el tema de las matriculas lo lleva mi hija- le respondió de forma borde-. Y si somos enemigos es por algo. Y sobre todo la familia Night y la Arai.
Mientras los tres discutían, la madre de Taku se les acercó para unirse al bando del padre de Sam, por una vez los enemigos debería aliarse para lograr conseguir lo que querían.
-Y esa enemistad es necesaria que siga existiendo- afirmó la señora Arai al llegar hacia ellos.
-¡Eso a nosotros nos importa una mierda!- les gritó Taku, su enfado seguía en aumento, no soportaba la ceguedad que presentaba su madre y su suegro ante la idea de que él y Sam fueran pareja.- Dadnos buenos motivos por los cuales no podamos estar juntos y, si me parecen lo suficientemente convincentes, acabaré con mi relación con Sam- antes de que su novia pudiera hablar la tranquilizó de forma mental: "tranquila amor, ni loco te dejaría".
Ambos padres se miraron y suspiraron.
-Cuéntaselo tú- le dijo el señor Night a la madre de Taku.
-Está bien, si no queda otra, os diré por qué jamás un Arai podrá estar con un Night.
>>Veréis, hace siglos, vuestros antepasados también empezaron a salir, pero, no sé por qué, su relación acabó mal y comenzó una rivalidad entre ambas familias.
-Menuda gilipollez- le interrumpió su hijo-. Que se odiaran ellos no quiere decir que lo vayamos a hacer Sam y yo, no somos ellos, yo jamás podría llevarme mal con ella.
-¿Quieres dejarme acabar?- Miró con enfado a su hijo y prosiguió con su relato-. A parte de comenzar su rivalidad, impusieron una maldición para que jamás ninguno de sus descendientes pudieran estar juntos. Lo que dicen los libros son que, si llegan a estar juntos, acabaría con el mundo existente.
Taku se empezó a reír, mientras que su novia escuchaba de forma atenta todo lo que la señora Arai les contaba.
-¡Venga ya! Eso no se lo cree nadie. Sam y yo estamos juntos y... ¡Oh! Espera... ¡Pero si seguimos todos vivos!- Volvió a reírse sin parar.
-No se referían a estar juntos de esa forma, sino... Mucho más juntos...- Le explicó el señor Night.
-Vamos, que por culpa de dos putos viejos no me puedo tirar a mi novia, ¿no?
-Eso mismo.
-Pues no me lo creo.
-Amor... - Le susurró Sam-. ¿Y si es cierto? No quiero que te pase nada...
-¿Y qué me va a pasar? ¿Que me muera? ¡Venga ya Sam! No te creas esa gilipollez.
-Deja que yo misma lo vea en los libros. Dame una semana.
El chico suspiró, sabía que cuando su novia se empeñaba en hacer algo no paraba hasta que lo conseguía y lograba acabarlo.
-Está bien...
-Gracias- se dirigió esta vez a la Directora-. ¿Puedo ausentarme una semana?
-Por mi como si no vuelves nunca más.
Asintiendo, se despidió de su novio con un beso y se fue junto a su padre a su vieja mansión infernal, dejando a Taku solo junto a su madre.
-¿Ahora tú también vienes a decirnos que no podemos estar juntos, viejo?- Sam fulminaba a su padre con la mirada, estaba enfadada, sólo quería pasar lo que quedaba de día tranquila junto a su novio.
-Sí. Lo siento Samantha pero Takumu y tú no podréis estar juntos nunca.
-¿Por qué? ¿Tú qué sabrás de lo que podemos o no podemos hacer?
-Sé mucho más de lo que vosotros sabéis- el señor Night miraba a ambos chicos-. Y por eso te prohíbo que salgas con él.
-A diferencia de ti, yo no odio a los vampiros- le espetó la demonio a su padre. Miró a su suegra y gruñendo le dijo- si tanto me odiabas, ¿por qué permitiste que entrara en esta academia?
-Porque no sabía quién era tu padre, además, el tema de las matriculas lo lleva mi hija- le respondió de forma borde-. Y si somos enemigos es por algo. Y sobre todo la familia Night y la Arai.
Mientras los tres discutían, la madre de Taku se les acercó para unirse al bando del padre de Sam, por una vez los enemigos debería aliarse para lograr conseguir lo que querían.
-Y esa enemistad es necesaria que siga existiendo- afirmó la señora Arai al llegar hacia ellos.
-¡Eso a nosotros nos importa una mierda!- les gritó Taku, su enfado seguía en aumento, no soportaba la ceguedad que presentaba su madre y su suegro ante la idea de que él y Sam fueran pareja.- Dadnos buenos motivos por los cuales no podamos estar juntos y, si me parecen lo suficientemente convincentes, acabaré con mi relación con Sam- antes de que su novia pudiera hablar la tranquilizó de forma mental: "tranquila amor, ni loco te dejaría".
Ambos padres se miraron y suspiraron.
-Cuéntaselo tú- le dijo el señor Night a la madre de Taku.
-Está bien, si no queda otra, os diré por qué jamás un Arai podrá estar con un Night.
>>Veréis, hace siglos, vuestros antepasados también empezaron a salir, pero, no sé por qué, su relación acabó mal y comenzó una rivalidad entre ambas familias.
-Menuda gilipollez- le interrumpió su hijo-. Que se odiaran ellos no quiere decir que lo vayamos a hacer Sam y yo, no somos ellos, yo jamás podría llevarme mal con ella.
-¿Quieres dejarme acabar?- Miró con enfado a su hijo y prosiguió con su relato-. A parte de comenzar su rivalidad, impusieron una maldición para que jamás ninguno de sus descendientes pudieran estar juntos. Lo que dicen los libros son que, si llegan a estar juntos, acabaría con el mundo existente.
Taku se empezó a reír, mientras que su novia escuchaba de forma atenta todo lo que la señora Arai les contaba.
-¡Venga ya! Eso no se lo cree nadie. Sam y yo estamos juntos y... ¡Oh! Espera... ¡Pero si seguimos todos vivos!- Volvió a reírse sin parar.
-No se referían a estar juntos de esa forma, sino... Mucho más juntos...- Le explicó el señor Night.
-Vamos, que por culpa de dos putos viejos no me puedo tirar a mi novia, ¿no?
-Eso mismo.
-Pues no me lo creo.
-Amor... - Le susurró Sam-. ¿Y si es cierto? No quiero que te pase nada...
-¿Y qué me va a pasar? ¿Que me muera? ¡Venga ya Sam! No te creas esa gilipollez.
-Deja que yo misma lo vea en los libros. Dame una semana.
El chico suspiró, sabía que cuando su novia se empeñaba en hacer algo no paraba hasta que lo conseguía y lograba acabarlo.
-Está bien...
-Gracias- se dirigió esta vez a la Directora-. ¿Puedo ausentarme una semana?
-Por mi como si no vuelves nunca más.
Asintiendo, se despidió de su novio con un beso y se fue junto a su padre a su vieja mansión infernal, dejando a Taku solo junto a su madre.
¡Al fin vacaciones!
Finalmente después de 3 meses toca un poco de descanso, aunque, desgraciadamente, siempre toca trabajar un poco en las vacaciones.
Estos 15 días por fin tendré tiempo para escribir de forma más habitual en el Blog, que ya lo tenía demasiado parado, apenas he publicado nada en estos meses. Pero ahora ya podré volver a escribir mis historias y dejar volar mi imaginación, aunque no tanto como realmente me gustaría ya que hay trabajos escolares que hacer o reuniones familiares.
Ya no me queda más que decir, excepto...
¡FELIZ NAVIDAD A TODOS Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!
Un saludo,
Samy Night
Estos 15 días por fin tendré tiempo para escribir de forma más habitual en el Blog, que ya lo tenía demasiado parado, apenas he publicado nada en estos meses. Pero ahora ya podré volver a escribir mis historias y dejar volar mi imaginación, aunque no tanto como realmente me gustaría ya que hay trabajos escolares que hacer o reuniones familiares.
Ya no me queda más que decir, excepto...
¡FELIZ NAVIDAD A TODOS Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!
Un saludo,
Samy Night
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