miércoles, 16 de diciembre de 2015

Querer escribir y no poder

Hay días en que, a pesar de tener una idea clara en la cabeza y saber perfectamente lo que quiero escribir, mi mente es incapaz de mandar esa información a mis dedos y dejar que ellos sean el instrumento que expresen lo que ella quiere. Esos días, lo que siento, es desesperación. Para mi no hay nada peor que querer escribir y no poder. Me duele más eso que todos los errores léxicos, gramaticales o de poner una letra equivocada en el teclado.
Esos días no hay nada que me haga ser capaz de redactar de la forma en la que quiero hacerlo. No consigo transmitir lo que mi mente crea, el pensamiento, la idea, se me queda bloqueado. Es una sensación de desesperación, sentir que ya no sirvo para esto, aunque puede que realmente nunca haya servido.
Para solucionarlo intento relajarme, respirar hondo e intentar pensar con claridad. Para seguir poso mis dedos sobre el teclado y muevo los dedos despacio y con lentitud, sin llegar a escribir nada. Vuelvo a respirar y esta vez si que tecleo de verdad pero, lo que escribo, no me convence y lo borro todo. Intento repetirlo, pero cada vez me acabo desesperando más, con lo cual cierro el ordenador y,  frustrada, me quedo mirando hacia ninguna parte.
Puede pasar minutos, horas o incluso días sin que sea capaz de escribir lo que quería desde un principio, aunque, normalmente, tarde o temprano siempre lo acabo consiguiendo.
Aún así, querer escribir y no poder es lo peor que puede pasar.

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