En ocasiones me pregunto si vale la pena seguir luchando, seguir intentando alcanzar mi sueño, seguir publicando cortos post. Muchas veces pienso que ya no vale la pena escribir, que lo hago mal y que a nadie le gusta lo que escribo. A veces pienso, que no sirvo para nada.
Nunca he sido una persona con una gran visión de futuro, ni mucho menos optimista, más bien siempre he sido bastante pesimista. Jamás he sido alguien que creyera que todo lo que hace es bueno o, por lo contrario, que tiene oportunidad de mejorar. Siempre he pensado que todo lo hago mal y que jamás lograré mejorar.
Siguen pasando los días, y yo cada vez me encuentro más apagada y decaída. Ya nada me sale bien. Ya no se me ocurre nada que escribir, mi mente se niega a imaginar, a crear historias o seguir con las viejas.
Llega un momento en el que mi mente se bloquea y solo piensa en si vale la pena seguir luchando o seguir intentando escribir o mismo dibujar. Hay veces en las que no consigo apartar esos negros pensamientos. Hay veces en que mi parte oscura, triste y sin vida me domina, consiguiendo apagar la luz que hasta entonces me iluminaba, impidiéndome ver las pocas cosas buenas que aún conservo, cegándome en todos los sentidos.
No quiero seguir cayendo, sin saber cuándo alcanzaré el final del pozo, sin saber cuándo podré escalar de nuevo para intentar salir. Ya no veo la luz y yo sigo cayendo. No hay nada que pueda hacer para frenar esa caída. No hay nada que pueda hacer para evitar el dolor de estamparme con el suelo y de romperse mis sueños. El tiempo pasa y yo sigo precipitándome dentro del pozo.
Cierro los ojos e intento pensar- Nada. Mi mente se niega a trabajar y solo me permite leer palabras sin sentido, palabras que no puedo ordenar para crear ninguna frase. Solo eso, palabras.
Con esta caída solo pienso, ¿vale la pena seguir intentando escalar para encontrar la salida? ¿Vale la pena hacerlo sabiendo que caeré una vez más? Los días pasan y yo sigo sin encontrar respuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario