lunes, 30 de enero de 2017

II. Mi primer día

Alguien me esperaba en el interior de la oficina. Era un chico moreno, un poco más alto que yo, pero parecía ser tan musculado como lo estaba yo. Debía de ser otro de los monitores deportivos de Sport Now. Al verme entrar se acercó a mi y me sonrió, no voy a negar que desde un primer momento me pareció que tenía una sonrisa muy bonita, que conseguiría seducir a cualquiera, antes de empezar a hablarme.
-Hola, ¿eres Nicolás, el nuevo?- me preguntó el chico con un marcado acento malagueño, por lo que deduje que él era de la zona.
-Sí, puedes llamarme Nico- le respondí, sonriéndole levemente-. ¿Y tú quién eres?
-Yo soy Mateo. Soy al que le han encargado cuidar de ti los primeros días -se rio.
-¿Cuidar de mí?- Alcé una ceja, algo confuso.
-Claro. Enseñarte todo lo que debes conocer de aquí. Vamos, soy al que le ha tocado pringar con la tarea de enseñar al nuevo- se volvió a reír.
-Oye... Yo no soy ninguna carga- le respondí molesto. Tenía la sensación de que este tipejo no me iba a caer nada bien.
-Tranquilo, Nico, que es broma. Además, me encanta enseñar a los nuevos. Bueno... Aparte de que me suele tocar a mi porque soy el que más años lleva aquí.
Yo simplemente asentí. No me había gustado nada las confianzas que se daba con tanta broma. Lo seguí cuando me invitó a hacerlo, recorriendo el lugar y mostrándome dónde se impartían las distintas actividades, cómo funcionaba todo y también dónde se encontraba el comedor y el almacén, algo a lo que solo los trabajadores teníamos acceso, obviamente. La visita y explicaciones nos llevó hasta la hora de comer, pues Mateo se enrollaba bastante a la hora de hablar y se paraba a presentarme a todas las personas con las que se cruzaba.
-En fin. Creo que ya está todo. Si tienes alguna duda, no dudes en preguntarme- me limité a asentir, pasaba de darle cancha a que me soltase otro interminable monólogo-. Tu primer turno es a las cinco. Pero antes de que te vayas, casi se me olvida algo importante.
Resoplé y giré los ojos. A saber qué me soltaría el plasta ahora. Al ver mi cara, Mateo comenzó a reírse.
-Tranquilo, tío, no es otro sermonazo. Es solo que se me olvidó algo muy importante: Llevarte con el jefe para que firmes el contrato.
Suspiré, visiblemente aliviado. Seguir hablando con este pelma me hubiese levantado dolor de cabeza. A decir verdad, a mí tampoco me acordaba la firma del contrato.
Seguí de nuevo al moreno por los pasillos de los despachos. Se paró al final del pasillo, en frente de una puerta con una placa que ponía “señor Sánchez”.
-Bueno, chico. Aquí acaba nuestro paseo. De verdad, esta vez es así- me sonrió y se fue por donde habíamos venido. Me quedé unos segundos observándolo, no podía negar que el tío tenía buen cuerpo.
Agité la cabeza intentando quitarme esos pensamientos de la cabeza. No era propio de mi quedarme viendo a un tipejo pelmazo como él. Carraspeé y llamé a la puerta. La respuesta no tardó en llegar un simple “adelante”. Abrí la puerta y entré.
-Usted debe de ser Nicolás Garrido, ¿no?- Me preguntó el hombre que estaba sentado detrás del escritorio de caoba. Antes de responder le eché una rápida mirada. Para ser alguien que dirigía una empresa deportiva no parecía muy en forma. Debía de tener cerca de 60 años, con escaso pelo blanco y unos ojos azules.
-Sí. Puede llamarme Nico, señor Sánchez.
-Encantado, Nico. Siéntese- obedecí-. Seré rápido, pues ya hemos discutido todo lo que tenías que discutir por teléfono. Bienvenido a mi empresa. Supongo que Mateo ya te ha puesto al día y te ha presentado a todos, ¿no?
-Sí.
-Excelente. Pues solo falta una cosa- sacó unos papeles del primer cajón y junto a una pluma, me lo acercó-. Léalo si quiere y firme al acabar.
Leí el contrato, decía lo mismo que él ya me había explicado. El sueldo era bueno y contaba con generosas vacaciones, a parte de poder usar el material deportivo o lúdico para uso personal . Era el mejor contrato que había tenido nunca. Esperaba que cumpliese con los horarios y no fuera otro negrero más que explotaba a todos sus trabajadores, como la mitad de empresarios que había últimamente en España. Firmé y le devolví la pluma y el contrato.
-Estupendo. Espero que no me defraude, cuenta con muy buena reputación y excelentes cartas de recomendación. Disfrute. Ya puede retirarse.

Sonriendo, le estreché la mano antes de irme. Una cosa era clara, pensaba disfrutar de lo lindo en Málaga.

domingo, 29 de enero de 2017

I. Mi nuevo trabajo

Hace tiempo que no soy el mismo, que sé que no soy yo. Ya no sé quién soy. Me miro en el espejo y no me reconozco. Creo que, este asqueroso viaje que tanto me ilusionaba me ha hecho cambiar. No, No ha sido el viaje. Ha sido él. Sí, él. Ese capullo de ojos negros y su sonrisa perfecta, con esos labios que me llaman. El muy cabrón ha conseguido que mi mundo se vuelva patas arriba.
¿Queréis saber mi historia? Bueno. Para ello os he de contar cómo llegué a donde estoy ahora mismo y bueno, presentarme como es debido.
Mi nombre es Nicolás, aunque todos me llaman Nico y tengo 27 años. Nací en un pequeño pueblo de la costa cantábrica. Desde pequeño siempre he amado los deportes, sobre todo aquellos que pudiera hacer sobre una tabla, fuera sobre tierra, nieve o mi preferido, sobre agua. Por eso, desde siempre, he querido ser entrenador o monitor deportivo.
Siempre he sido un chico afortunado, por lo que nunca he tenido problema para encontrar algún trabajo de lo mío y he podido viajar por varios países para surcar las mejores olas en mi tabla. Siempre me ha apasionado trabajar en diferentes partes, aunque no voy a mentir, siempre he preferido trabajar en mi querida Cantabria, para conocer nuevos lugares y aprender todavía más sobre técnicas o formas de realizar cualquier tipo de deporte, nutrirme de los conocimientos del lugar y enseñarles yo mismo todos los trucos que conozco.
Por ello, cuando hace año y medio me llamaron para ofrecerme un trabajo en la costa malagueña no dudé en aceptarlo, pues justo había unas cuantas semanas que se había terminado mi contrato de verano como monitor de surf. Tardé solo tres días en mudarme a Málaga, que era allí donde iba a comenzar mi nuevo trabajo, como era propio de mi, preferí buscar un piso barato antes que compartir piso, siempre he sido un chico solitario y bueno, tampoco es que me costase demasiado poder pagarlo.
Al día siguiente tras la mudanza me dirigí a mi nuevo trabajo. Era una empresa dedicada al deporte y a organizar eventos como cumpleaños, reuniones de amigos y así. Mi nuevo trabajo ofrecía actividades deportivas y diversas actividades para niños, como magos, que les pinten la cara y esas cosas que a ellos les gusta. Por lo que me habían contado, al principio solo era una pequeña empresa de deporte al aire libre, pero que poco a poco había crecido para ser un negocio de animación deportiva y de ocio. Yo iba a ser uno de sus nuevos monitores y no estaba muy seguro aun de que me tocaría hacer, pero el cambio me había llamado.
Al entrar por la puerta principal pude leer el letrero de enormes letras que indicaba el nombre del lugar Sport Now. Ese era el nombre de mi nuevo lugar de trabajo y, lo que no sabía, es que al pasar aquellas puertas, mi vida fuese a cambiar tanto.

lunes, 9 de enero de 2017

Nuevas ideas

Desde que soy una niña amo la lectura y me encanta hablar sobre los libros que leo. Muchas veces son libros que encuentro por casualidad paseando por una biblioteca, sin buscar nada en concreto hasta encontrar algún lomo que me llamase la atención (así es como encontré mi trilogía favorita), bien porque me los regalan (libros, algo que siempre están en mi lista de regalos que serían una buena opción), bien porque me los dejan o porque me los recomiendan. A pesar de que por motivos de estudios no puedo leer tanto como me gustase, sigo haciéndolo, siempre y jamás puedo dejar un libro sin acabar, aunque me lleve meses leerlo he de finalizarlo.
Por ello, he pensado que sería buena idea que cuando lograse acabar un libro, o saga, comentarlo aquí, con mi opinión y una pequeña valoración, obviamente sin destripar el final. Es algo que siempre he pensado hacer, pero que nunca he llegado a realizar, no por tener ganas, sino por falta de lecturas. Así que, como propósito de año nuevo, he decidido hacer esto, comentar alguno de los libros que voy leyendo a lo largo del año.

domingo, 1 de enero de 2017

2017

Lo primero, felicitar el año a todos aquellos que me leen en estos momentos.
Lo segundo, decir que mi principio de año no ha sido tan bueno como cabría esperar. He entrado en el año bastante triste, sin motivo, como muchos de mis decaimientos. Por suerte, alguien mi especial para mi, mi amado Sr. X me ayudó a pasar ese bache sin sentido. Por lo demás, espero que este año sea tan bueno como ha sido el anterior.
Todos tienen muchos propósitos para el año yo, sin embargo, con acabar el curso bien, pasar más tiempo con mi querido Sr X y, como la mayoría, perder peso. Quitando estos tres puntos, no tengo propuesto hacer nada más, porque bien sé que no los conseguiré, seamos sinceros, ¿quién cumple sus propósitos de año nuevo?
No tengo mucho que decir, pues es siempre lo mismo: desear salud a todos, un buen trabajo, en fin, una buena vida. Y así lo deseo, pero prefiero ahorrarme las palabras para algo más importante, quizás..., ¿ganas de nuevas películas? Es broma, hay muchos temas importantes de los que me he propuesto hablar, pero no, no es propósito de año nuevo, lo tengo pensado desde hace tiempo pero, por desgracia nunca encuentro las ganas ni el momento para hacerlo. Son, eso si, temas que se pueden considerar candentes, temas controvertidos, que dan mucho que hablar, o eso espero.
Sí, hay algo que quiera. Pero esto ya no es cosa mía, sino vuestra. Sé que la gente no es mucho de escribir en Blogs, pero me gustaría saber qué opináis de lo que escribo, hacer peticiones, críticas a lo que digo, corregirme cuando me equivoco. Me encantaría leer algún comentario este año, bueno o malo (bueno, pero que tampoco se me pongan a insultarme, claro está). Esto ya es un propósito que os pido a vosotros, lectores.
Con todo  mi cariño,




                                                                                       Samy Night