sábado, 2 de noviembre de 2019

Hogar dulce hogar

  Hace apenas una semana que volví a casa, aunque ahora siento que mi hogar es otro. He pasado un mes totalmente diferente, lejos del lugar en donde nací y crecí, lejos de todo lo que conocía. Esas semanas fueron las mejores de mi vida. En todos esos días  aprendí mucho y me sentí mejor, más cómoda y calmada que nunca. Aprendí a vivir en pareja, a organizarme a mi manera, a hacer más cosas por mí misma y a perderle el nuevo a conocer sitios y gente nueva.

  Esta aventura fue un regalo de la persona más importante de mi vida. No voy a negar que el camino hacia allá y todo lo nuevo me aterraba al principio. Irme tan lejos era salir de mi zona de confort, romper con todo a lo que estaba acostumbrada. A pesar del miedo inicial, poco a poco me iba sintiendo más tranquila y a gusto.

  A pesar de que llevo poco tiempo en mi viejo hogar, siento que los días se me hacen eternos y no se me acerca la hora de volver. No sé cuándo regresaré, solo espero que sea pronto. Echo tanto de menos mi vida allí, echo de menos la gente que conocí y que hizo que me sintiera a gusto y que tenía nueva familia y amigos a los que querer, echo de menos cómo cambié los días que viví allí, cómo crecí y aprendí y echo de menos la tranquilidad que sentía.

  El hogar no es siempre el que se espera, pero una vez que se encuentra, es algo maravilloso. Por eso estoy deseando volver al mío.

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