Metida en cama y aun así tirito de frío, el invierno se va notando. Es de este frío que no se quita ni con mil mantas.
Sonrío al notar el brazo que pasa por mi abdomen, abrázandome y pegándome a él. Sí, esto me vendrá bien para estar caliente.
Espera... Yo vivo sola.
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