Sabía que ya era demasiado tarde como para alejarme de aquella situación o incluso de olvidarlo. Estaba metida de lleno en aquellos crímenes tan sádicos que parecían hechos tan sólo para divertir a aquel extraño ser y que yo, también, era tan solo una parte más e insignificante de su gran juego, a la cual utilizaba a su antojo y que desearía de ella en cuanto se aburriese.
Quería atraparlo de una vez por todos y poder descansar por fin, llevaba ya demasiado tiempo detrás de él y este juego empezaba a cansarme, pero, sabía que no podía hacer otra cosa que seguir participando en su macabra historia.
Me largué de allí lo más rápido posible, no soportaba ver aquel cadáver de ese extraño ser durante un sólo segundo más. Regresé a mi casa y me dispuse a releer la información que tenía del otro jugador, de mi "querido fantasma". No tenía más que un par de hojas de información recopilada, pero parecía que su patrón de crímenes se repetía, bueno, se había repetido de alguna forma hasta este momento. Nunca antes me había encontrado con algo semejante. Parecía una especia de científico loco.
No me dio tiempo a seguir leyendo mis notas cuando llamaron a la puerta de mi vivienda. Jamás me hubiera esperado esa visita.
[...]
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