Todo estaba oscuro, posiblemente me encontraría en la habitación de algún hospital, aún me duele el pecho a causa de la puñalada del hijo de puta de mi primo. Me encontraba cansada y bastante desorientada, algo normal después de haberme quedado inconsciente y, seguramente, la pérdida de una gran cantidad de sangre.
Una luz cegadora se encendió en la habitación, con lo que tuve que taparme con las sábanas para que el brillo no me cegase.
-¡Diana!-abrí mucho los ojos. Aquella voz que me llamaba era la de mi madre. Pero, no podía ser ella. Me había mudado bastante lejos del hogar familiar. Aunque, realmente no sabía cuanto tiempo había pasado desde la puñalada- ¡Arriba! ¡Qué vas a llegar tarde a clase!
Se fue dando un portazo. No comprendía nada. ¿Clase? Había años que había acabado los estudios. Decidí salir de cama y verme en un espejo.
Cuando lo hice no podía creer lo que estaba viendo. Tenía el aspecto de cuanto tenía 16 años, más o menos, y aún iba al instituto. Por eso mi madre me había gritado para que despertase. Busqué mi móvil y miré la fecha. No me lo podía creer, era el día siguiente a la visita de mi tío.
Los ladridos de mi perro sonaban fuera, pero, no podía ser, ya que estaba muerto, excepto que llevase puesto aquel dichoso collar que me había jodido la vida. Así era, colgaba de mi cuello.
-Mamá, me encuentro mal... Mejor hoy no voy a clase- me volví a meter en cama. No mentía, me encontraba realmente mal. Y cuando mi madre vino a comprobarlo, tenía muy mal aspecto, así que aceptó que me quedase en casa.
Dormí hasta el medio día, cuando me desperté decidí darme un baño. Al desnudarme y verme en el espejo pude apreciar una marca rosada en mi pecho, como si hubiera sido herida. Al tocarla me molestaba notablemente. Eso quería decir que todo lo ocurrido no había sido un sueño, ¡había sido real! Pero, lo que no entendía, era como había llegada al momento en el que me encontraba, todo carecía de sentido.
Me senté delante del ordenador para retomar mi investigación y comprobar si había algo guardado en él, pero, como era de esperar estaba vacío. Sobre las dos de la tarde mi madre me llamó para comer. Le iba a preguntar acerca de la visita de mi tío. Tubo que haber pasado algo aquel día, algo que provocase que yo me econtrase allí de nuevo.
-Mamá, ¿qué sabes acerca del hijo adoptivo del tío?
-Sí que estás mal- mi madre me miró con preocupación, pero inmediatamente comenzó a reír- No tiene ningún hijo, ¿acaso lo has visto ayer con él y su mujer?
Mi pequeño lugar seguro en donde dejo volar mi imaginación con diferentes historias y en el que escribo lo que siento.
viernes, 29 de noviembre de 2013
domingo, 24 de noviembre de 2013
Vamos a calentar la silla #19
Me jode admitirlo, pero tenía que seguir con el para averiguar quien era el Indio. Empezaba a sospechar que era el. No podía ser otra persona. Pero no tenía pruebas, no podía interrogarlo así sin más...
-Hey Mona, te veo distraída, ¿en que piensas?- dijo con tono burlesco.
-No, nada... Solo que... Da igual...
-Sé lo que piensas, y te puedo responder a esa pregunta, pero antes tienes que hacérmela.
-Esto es difícil... Y me da miedo formularla... Solo responde, por favor.- Miro hacia donde se encontraba, pero había desaparecido.-¿Hola?
Siento algo frió en el pecho. Me doy cuenta de que estaba temblando. Mi corazón latía muy rápido, pero iba bajando la velocidad poco a poco. Algo cálido me reconforta. Baja por la tripa, calentándome. Miro hacia abajo. Me asusto. No me lo podía creer.
-Si primita, soy yo.-arranca el puñal de mi pecho y se echa a reír.- Adiós Mona.
Caigo al suelo, todo se empieza a oscurecer. No tengo fuerzas para nada...
...y me despierto.
sábado, 23 de noviembre de 2013
Vamos a calentar la silla #18
-No una pluma cualquiera, sino la de un cuervo, primita- él sonríe y me la arranca de las manos para poder examinarla detenidamente-. Pero eso supongo que ya lo sabrás, no creo que seas tan estúpida.
-Si, ya sé que es la pluma de ese estúpido pájaro. Y que tiene que ver con algo de tu país de origen. Ya estuve demasiados años equivocada creyendo que era de origen celta...
Era cierto, durante mi adolescencia había creído, no sé muy bien porqué, que el collar que tenía, era de origen celta. ¡Qué equivocada había estado! Tantos años de estudio para nada... Realmente era de origen indio, tendría que haberlo sospechado al serlo él.
-Ahora que vas por buen camino, es hora de que trabajemos juntos. Tenemos un enemigo en común, pero con una diferencia, yo si sé quien es.
Gruñí en bajo, me jodía que mi primo tuviera información que para mi resultaba muy valiosa, lo peor, es que sabía que no la iba a conseguir por las buenas. No me quedaba otra que trabajar junto a él hasta poder averiguarlo...
-Si, ya sé que es la pluma de ese estúpido pájaro. Y que tiene que ver con algo de tu país de origen. Ya estuve demasiados años equivocada creyendo que era de origen celta...
Era cierto, durante mi adolescencia había creído, no sé muy bien porqué, que el collar que tenía, era de origen celta. ¡Qué equivocada había estado! Tantos años de estudio para nada... Realmente era de origen indio, tendría que haberlo sospechado al serlo él.
-Ahora que vas por buen camino, es hora de que trabajemos juntos. Tenemos un enemigo en común, pero con una diferencia, yo si sé quien es.
Gruñí en bajo, me jodía que mi primo tuviera información que para mi resultaba muy valiosa, lo peor, es que sabía que no la iba a conseguir por las buenas. No me quedaba otra que trabajar junto a él hasta poder averiguarlo...
sábado, 16 de noviembre de 2013
No sé que es...
¿Qué es eso que hace que no consiga dormir? ¿Qué me desvela cada noche? ¿Qué es lo que hace que mi mente se separe de mi cuerpo en clase y estudiando? Yo no sé lo que es...
Es una sensación extraña, que recorre todo mi ser y me deja sin aliento. Me desvela cada noche y hace que me despierte con las mejillas rojas y ardientes. No sé que será, pero hace que no sea capaz de ser yo misma. Me saca sonrisas inesperadas y, quizás, demasiado tontas. Consigue que esté feliz cada día, pase lo que pase, hace que no pierda esa sonrisa que acompaña a mi ser, que embellece mi antiguo gélido rostro y le da calor. Mi ojos, con un brillo nuevo y radiante, sobresalen sobre las ojeras que los rodean a causa de todas esas noches en vela por algo, que realmente no sé que es. Mi mente, sin que yo quiera, se va a junto de eso, viaja a un lugar en que aparece y hace que sonría más, ya no la puedo controlar, en ese momento deja de pertenecerme. Y cuando mi mente regresa, vuelve acompañada de un hormigueo por todo el cuerpo que no me deja concentrarme en lo que hasta entonces me mantenía ocupada.Todo ello, hace que ya no sea aquella chica tan seria y gélida de aquel verano que era tan frío y que no dejaba de llover...
Quiero saber que es eso que me hace sonreír y me da energía para seguir adelante con mis pequeños proyectos.
¿Qué es? ¿Alguien me lo puede decir?
viernes, 15 de noviembre de 2013
Eso nunca se pierde
Antes me podía pasar, si me era posible, 24 horas al día hablando con aquella persona. A día de hoy, con suerte, hablamos una hora a la semana.
No hace mucho, se me estropeó el móvil, con lo cual nuestro contacto dejó de ser el mismo. El día en que el teléfono se me estropeó estaba de mal humor y lo último que le dijera fuera que no quería hablar más por ese día, dejándole con algo de preocupación. No perdimos el contacto, seguían existiendo redes sociales por las que hablar. Pero, con el paso del tiempo, ambos empezamos a disminuir nuestras conexiones a las redes sociales.
Cada día me resultaba más difícil hablarle, le seguía apreciando y queriendo, pero con el paso del tiempo y al disminuir nuestras conversaciones, yo volvía a recuperar mi timidez, con lo que nuestras conversaciones pasaron de horas a minutos. De compartirlo todo a un simple hola y cuatro pequeños detalles. Me duele no poder contarle cómo me siento.
La gente cambia y más si se distancia, pero, o al menos espero, que todo puede llegar a ser como lo era antes. Pues, esa persona siempre me había apoyado, ayudado y sobre todo aguantado mis berrinches de niña pequeña.
Aunque el contacto es más difícil y las conversaciones menores, me hace darme cuenta de lo importante y valiosa que puede llegar a ser una amistad y lo que siento realmente hacia esa persona. Ese cariño, que en un principio se confunde con otros sentimientos, y lo importante que es conservar su amistad.
Un verdadero amigo no se pierde por la distancia ni la falta de contacto, las verdaderas amistades se conservan a pesar de todas las complicaciones que pueda llegar a haber. Y por eso sé que seguiré conservándolo y que, en breves, volveremos a ser como antes. A pesar de que ninguno es el mismo de entonces...
No hace mucho, se me estropeó el móvil, con lo cual nuestro contacto dejó de ser el mismo. El día en que el teléfono se me estropeó estaba de mal humor y lo último que le dijera fuera que no quería hablar más por ese día, dejándole con algo de preocupación. No perdimos el contacto, seguían existiendo redes sociales por las que hablar. Pero, con el paso del tiempo, ambos empezamos a disminuir nuestras conexiones a las redes sociales.
Cada día me resultaba más difícil hablarle, le seguía apreciando y queriendo, pero con el paso del tiempo y al disminuir nuestras conversaciones, yo volvía a recuperar mi timidez, con lo que nuestras conversaciones pasaron de horas a minutos. De compartirlo todo a un simple hola y cuatro pequeños detalles. Me duele no poder contarle cómo me siento.
La gente cambia y más si se distancia, pero, o al menos espero, que todo puede llegar a ser como lo era antes. Pues, esa persona siempre me había apoyado, ayudado y sobre todo aguantado mis berrinches de niña pequeña.
Aunque el contacto es más difícil y las conversaciones menores, me hace darme cuenta de lo importante y valiosa que puede llegar a ser una amistad y lo que siento realmente hacia esa persona. Ese cariño, que en un principio se confunde con otros sentimientos, y lo importante que es conservar su amistad.
Un verdadero amigo no se pierde por la distancia ni la falta de contacto, las verdaderas amistades se conservan a pesar de todas las complicaciones que pueda llegar a haber. Y por eso sé que seguiré conservándolo y que, en breves, volveremos a ser como antes. A pesar de que ninguno es el mismo de entonces...
Vamos a calentar la silla #17
-Exactamente...¿que destino es ese en el que estamos nosotros dos juntos?- le pregunté de forma tajante.
-Nada primita, ya lo sabrás. Pero antes tengo que decirte algo. Llevo siguiéndote bastante tiempo y, no quiero romper la magia del momento, se que estás detrás de un asesino o algo parecido.
-Pero... ¿Vienes a MI casa, entras sin MI permiso y me dices que me estas siguiendo?- sin poder evitarlo me acerque a la puerta y salí a la calle.
Me mira, impasible. No sale ni una sola palabra de disculpa. Suspira. Da un paso y me dice:
-¿Y si te digo que sé quien ese a quien buscas?
-Venga ya, eso es imposible. No deja rastro alguno salvo una -saca una pluma de su bolsillo, negra, como las del fantasma- pluma...
domingo, 10 de noviembre de 2013
Mucho más no puedo dar
Feliz cumpleaños Luci <3
Puede que yo ya no haga vídeos, así que lo único que puedo hacer por ti es una pequeña entrada en este blog. Mucho no es, pero lo hago con todo el amor que puedo dar.
Posiblemente, cuando nos conocimos, no nos llevásemos bien, pero ahora esta joven infantil te ha cogido un gran aprecio.
Día a día has conseguido hacerme sonreír y reír. Lo conseguiste con tus ideas y sugerencias, quizás con alguna mirada un tanto... ¿Sensual?
Me alegraba el día escuchar tu grito de: PAULIXXX, por la mañanas. Tu carta de amor anónima, que a día de hoy aún mantengo colgada de mi pizarra de cristal.
Para mí, en apenas dos años, has sido una gran compañera de clase, a la que aprecio enormemente. Lo mío no es decir lo que siento y pienso acerca de una persona, bien se nota en estas líneas. Pero, sólo quería que supieras lo agradecida que estoy de haberte conocido.
Luci, para mi eres una chica estupenda, a la que este curso echo enormemente de menos, y como para no. Las clases y cambios de hora ya no son lo mismo sin ti, ni sin ellas tampoco.
Muchas veces no nos entendíamos, y te acababas enfadando levemente conmigo, pero enseguida volvías a sonreír y a reír.
Has demostrado ser una fan de mis pequeños trabajos, aunque no valían para nada. Y tienes una idea, como productora que eres, de hacer una peli basada en mis chorradas y vivencias, pero, no creo que eso resulte ser una buena idea. Yo seguiré con mi pequeño blog compartido, mientras que tú llegarás a ser la mejor productora del S:XXI
Luci, no pierdas nunca esa sonrisa que te hace diferente a las demás, y jamás te rindas en tus sueños. Y recuerda que aquí hay una amiga con la que puedes contar y, que a su manera, te quiere.
Quizás esto sea muy soso, pero, es todo lo que soy capaz de decir en unas pocas líneas.
Pasa un buen día y celebralo a lo grande, como tú te mereces.
Puede que yo ya no haga vídeos, así que lo único que puedo hacer por ti es una pequeña entrada en este blog. Mucho no es, pero lo hago con todo el amor que puedo dar.
Posiblemente, cuando nos conocimos, no nos llevásemos bien, pero ahora esta joven infantil te ha cogido un gran aprecio.
Día a día has conseguido hacerme sonreír y reír. Lo conseguiste con tus ideas y sugerencias, quizás con alguna mirada un tanto... ¿Sensual?
Me alegraba el día escuchar tu grito de: PAULIXXX, por la mañanas. Tu carta de amor anónima, que a día de hoy aún mantengo colgada de mi pizarra de cristal.
Para mí, en apenas dos años, has sido una gran compañera de clase, a la que aprecio enormemente. Lo mío no es decir lo que siento y pienso acerca de una persona, bien se nota en estas líneas. Pero, sólo quería que supieras lo agradecida que estoy de haberte conocido.
Luci, para mi eres una chica estupenda, a la que este curso echo enormemente de menos, y como para no. Las clases y cambios de hora ya no son lo mismo sin ti, ni sin ellas tampoco.
Muchas veces no nos entendíamos, y te acababas enfadando levemente conmigo, pero enseguida volvías a sonreír y a reír.
Has demostrado ser una fan de mis pequeños trabajos, aunque no valían para nada. Y tienes una idea, como productora que eres, de hacer una peli basada en mis chorradas y vivencias, pero, no creo que eso resulte ser una buena idea. Yo seguiré con mi pequeño blog compartido, mientras que tú llegarás a ser la mejor productora del S:XXI
Luci, no pierdas nunca esa sonrisa que te hace diferente a las demás, y jamás te rindas en tus sueños. Y recuerda que aquí hay una amiga con la que puedes contar y, que a su manera, te quiere.
Quizás esto sea muy soso, pero, es todo lo que soy capaz de decir en unas pocas líneas.
Pasa un buen día y celebralo a lo grande, como tú te mereces.
viernes, 8 de noviembre de 2013
Vamos a calentar la silla #16
Mi menté recreó los viejos recuerdos que tenía de aquel chico indio, que, años atrás, habían adoptado mis tíos. Para ser sinceros, creo que sólo lo había visto una vez hacía años. Había sido en una de las pocas visitas de mi tío. Pero aquel día Alfred, sólo había estado jugando con su psp. Aunque, creo que también lo había visto en otra ocasión, pero ese recuerdo lo tenía bastante difuso. Pero sabía que me había jodido la vida. Desde que lo conocí me habían empezado a pasar cosas extrañas, como lo de ese dios y lo de ver muertos con el collar.
- Primita, ¿sigues ahí?- no me acordaba de que seguía con el teléfono.
- Eh... Sí, sí- no me esperaba la llamada de ese hijo de puta- ¿Qué quieres?- Era borde, pero es que era lo único que se merecía.
-Tengo que contarte unas cuantas cosas, mañana iré a verte- no me dio tiempo a contestar pues me había colgado.
Apreté el teléfono con fuerza y al colgarlo lo golpeé con demasiada agresividad.
Mis ganas de verlo eran inexistentes, pero una parte de mi, tenía ganas y curiosidad de saber lo que me tenía que decir. Resoplé tirándome en el sofá y rascándome la cabeza pensativa. Tenía que conseguir nueva información para acabar con aquella locura.
Antes de acostarme volví a repasar mis apuntes sobre todo esto, pero no resolví nada nuevo, mi mente estaba saturada y al mismo tiempo, preocupada e inquieta por la visita de mi "primo".
Me acabé durmiendo sobre el escritorio. No pasó demasiado tiempo cuando llamaron a la puerta de mi casa. Cuando abrí la puerta, allí estaba él, con una extraña sonrisa en su rostro y, he de decirlo, me seguía resultando bastante atractivo.
-Hola, prima. Es hora de que hablemos acerca de nuestro destino- entró en mi casa sin haberle invitado a entrar.
Lo miré y cerré la puerta tras su entrada...
viernes, 1 de noviembre de 2013
Relato de terror #1
Mi corazón palpitaba con fuerza, el miedo recorría mis venas, sabía que no estaba solo por aquel viejo hotel en el que me había quedado de ocupa.
Desde hacía dos noches escuchaba ruidos extraños, que en varias ocasiones no me dejaban ni dormir. Pero, hoy lo que sonaba a mi alrededor eran gritos desgarradores, parecían de una mujer, como si la estuvieran matando de una forma lenta y muy dolorosa.
Comencé a correr hacia la puerta principal. Llegué a ella e intenté abrirla, pero todos mis esfuerzos resultaban inútiles. Fuera lo que fuese que había en ese viejo edificio abandonado no quería que saliese de allí.
Busqué otras salidas, pero con el mismo resultado: puertas cerradas y ventanas tapiadas. Estaba encerrado, como si de una cárcel se tratase, aunque más bien como si me hubiera quedado encerrado en un matadero, a la espera de mi turno.
Un escalofrío empezó a subir lentamente por mi espalda, congelando mis músculos, me sentía observado, no sabía de quien ni exactamente en dónde, pero sabía que alguien me vigilaba de cerca. Era extraño, como si pudiera percibir lo que allí había.
Cerré los ojos, inspiré con fuerza, e intenté relajarme y percibir mejor los sonidos que había a mi alrededor. Seguía escuchándolos, pero, como no, no sabía con exactitud de dónde procedían. Tras estar así unos minutos, me dispuse a investigar y buscar a mi, por decirlo de algún modo, compañero de refugio.
Caminaba medio asustado, pero intentando aparentar que no lo estaba, fuera había comenzado a tronar y llover con fuerza, y la luz de los rallos era la única que había en el interior de aquel viejo edificio, pues, no me había atrevido a encender mi linterna. Me deslizaba lo más pegado a la pared que me fuera posible, y constantemente miraba hacia atrás y mi alrededor.
Apenas había puertas que se podían abrir, era como si, el que me había encerrado en aquel lugar, me quisiera llevar a una determinada habitación. Como no podía hacer otra cosa que seguir hacia delante, pues cada vez que quería volver, la puerta que acababa de cruzar se cerraba sobre mi cara, decidí seguir su "juego". No pasaron muchos minutos hasta que llegué al desván. El lugar estaba completamente desierto y el silencio inundaba en aquella habitación. A pesar de que había un ventanuco abierto, el aire no corría por aquella estancia.
Sin saber bien que hacer allí, me senté en el suelo a esperar lo que fuera. Me acabé durmiendo y al cabo de un par de horas me desperté al oír un fuerte golpe en una de las paredes del desván. Abrí los ojos, pero un fogonazo me cegó durante unos segundos. Cuando mis ojos se acostumbraron a esa claridad me fijé en que en el fondo de la habitación había una puerta totalmente y de que ella era de donde provenía esa intensa luz. Decidí, con valor que no sabía bien de dónde lo sacaba, encaminarme hacia aquella extraña puerta que había surgido de la nada.
Entré en ella lentamente y al hacerlo, la puerta se cerró de golpe al igual que esa extraña luz. Habían vuelto a jugar conmigo y a encerrarme, pero esta vez en un cuarto aún más pequeño. No oía nada a mi alrededor, pero percibí un extraño olor, como a putrefacción. Mis ojos no tardaron en acostumbrarse a esa nueva penumbra, cuando descubrí, en mitad de esa habitación, a una bestia comiendo y despedazando un cuerpo. Reprimí un grito al ver que ese cuerpo era el mío.
El creador de ese juego no había sido nadie más que yo mismo en busca de mi propio cuerpo. Y al encontrarlo, todo había vuelto a la normalidad. Desde ahora, mi destino, era seguir asustando a otros excursionistas perdidos o ocupas, hasta llevarlos a las fauces de la bestia.
Desde hacía dos noches escuchaba ruidos extraños, que en varias ocasiones no me dejaban ni dormir. Pero, hoy lo que sonaba a mi alrededor eran gritos desgarradores, parecían de una mujer, como si la estuvieran matando de una forma lenta y muy dolorosa.
Comencé a correr hacia la puerta principal. Llegué a ella e intenté abrirla, pero todos mis esfuerzos resultaban inútiles. Fuera lo que fuese que había en ese viejo edificio abandonado no quería que saliese de allí.
Busqué otras salidas, pero con el mismo resultado: puertas cerradas y ventanas tapiadas. Estaba encerrado, como si de una cárcel se tratase, aunque más bien como si me hubiera quedado encerrado en un matadero, a la espera de mi turno.
Un escalofrío empezó a subir lentamente por mi espalda, congelando mis músculos, me sentía observado, no sabía de quien ni exactamente en dónde, pero sabía que alguien me vigilaba de cerca. Era extraño, como si pudiera percibir lo que allí había.
Cerré los ojos, inspiré con fuerza, e intenté relajarme y percibir mejor los sonidos que había a mi alrededor. Seguía escuchándolos, pero, como no, no sabía con exactitud de dónde procedían. Tras estar así unos minutos, me dispuse a investigar y buscar a mi, por decirlo de algún modo, compañero de refugio.
Caminaba medio asustado, pero intentando aparentar que no lo estaba, fuera había comenzado a tronar y llover con fuerza, y la luz de los rallos era la única que había en el interior de aquel viejo edificio, pues, no me había atrevido a encender mi linterna. Me deslizaba lo más pegado a la pared que me fuera posible, y constantemente miraba hacia atrás y mi alrededor.
Apenas había puertas que se podían abrir, era como si, el que me había encerrado en aquel lugar, me quisiera llevar a una determinada habitación. Como no podía hacer otra cosa que seguir hacia delante, pues cada vez que quería volver, la puerta que acababa de cruzar se cerraba sobre mi cara, decidí seguir su "juego". No pasaron muchos minutos hasta que llegué al desván. El lugar estaba completamente desierto y el silencio inundaba en aquella habitación. A pesar de que había un ventanuco abierto, el aire no corría por aquella estancia.
Sin saber bien que hacer allí, me senté en el suelo a esperar lo que fuera. Me acabé durmiendo y al cabo de un par de horas me desperté al oír un fuerte golpe en una de las paredes del desván. Abrí los ojos, pero un fogonazo me cegó durante unos segundos. Cuando mis ojos se acostumbraron a esa claridad me fijé en que en el fondo de la habitación había una puerta totalmente y de que ella era de donde provenía esa intensa luz. Decidí, con valor que no sabía bien de dónde lo sacaba, encaminarme hacia aquella extraña puerta que había surgido de la nada.
Entré en ella lentamente y al hacerlo, la puerta se cerró de golpe al igual que esa extraña luz. Habían vuelto a jugar conmigo y a encerrarme, pero esta vez en un cuarto aún más pequeño. No oía nada a mi alrededor, pero percibí un extraño olor, como a putrefacción. Mis ojos no tardaron en acostumbrarse a esa nueva penumbra, cuando descubrí, en mitad de esa habitación, a una bestia comiendo y despedazando un cuerpo. Reprimí un grito al ver que ese cuerpo era el mío.
El creador de ese juego no había sido nadie más que yo mismo en busca de mi propio cuerpo. Y al encontrarlo, todo había vuelto a la normalidad. Desde ahora, mi destino, era seguir asustando a otros excursionistas perdidos o ocupas, hasta llevarlos a las fauces de la bestia.
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