-Exactamente...¿que destino es ese en el que estamos nosotros dos juntos?- le pregunté de forma tajante.
-Nada primita, ya lo sabrás. Pero antes tengo que decirte algo. Llevo siguiéndote bastante tiempo y, no quiero romper la magia del momento, se que estás detrás de un asesino o algo parecido.
-Pero... ¿Vienes a MI casa, entras sin MI permiso y me dices que me estas siguiendo?- sin poder evitarlo me acerque a la puerta y salí a la calle.
Me mira, impasible. No sale ni una sola palabra de disculpa. Suspira. Da un paso y me dice:
-¿Y si te digo que sé quien ese a quien buscas?
-Venga ya, eso es imposible. No deja rastro alguno salvo una -saca una pluma de su bolsillo, negra, como las del fantasma- pluma...
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