viernes, 2 de enero de 2015

g) Pillado.

La chica estaba ya enfrente de Hermi, con los brazos cruzados y mirándolo de forma seria.
-¿Nunca te han dicho que es de mala educación espiar a una mujer? Y por si fuera poco, cuando dicha mujer está desnuda.
-Y-Yo...- El chico era incapaz de hablar, su mente se había quedado totalmente en blanco.
-¿Tú? ¿Podrías decirme por qué me estabas espiando?
Hermi miró a la chica a los ojos, pero seguía sin ser capaz de hablar.
-Bueno, es igual- la chica le dedicó una amplia sonrisa, mostrado su perfecta y blanca dentadura-. Me llamo Iris, ¿tú cómo te llamas?
-Yo...- El joven mago tragó saliva antes de responderle-. Me llamo... Me llamo Hermida...
-Encantada, Hermida, aunque hubiera preferido haberte conocido en otra situación y no al ser espiada.
-Per-perdona... Es que eres tan guapa...- Logró decir Hermi. Esa parte era cierta, pero no podía contarle el verdadero motivo por el cual él la estaba vigilando.
-¡Oh! Gracias- la chica se rió de una forma suave y dulce, provocando que el chico se embobara aún más-. ¿Y cómo has llegado aquí?
-Esto...- Hermi la miraba a los ojos, lo que provocó que se sonrojara-. Estoy de viaje... Llegué aquí por casualidad- mintió.
-¿De viaje con tan poco equipaje?
-Si. Llevo lo suficiente, cargar de más es una tontería.
-¿Por qué no te alojas esta noche en mi casa? Como puedes ver, es enorme- se ríe divertida.
-No quiero ser una molestia.
-No lo serás, Hermida.
-Bueno... Está bien... Gracias. Puedes llamarme Hermi si lo prefieres.
-¿Hermi? Es más bonito que Hermida- La chica se empezó a reír, divertida.
El chico sonrió y no sólo por oír la risa de Iris, sino que, al dormir en su casa, podría espiarla con mayor facilidad, además, ya se había ganado su confianza. De nuevo, tenía de nuevo su plan bajo control y no creía que le fuera difícil llegar a atraparla y llevársela a la señora Arai.
-Ven, te presentaré al personal.
Hermi asintió y siguió a Iris al interior de la casa de la chica.

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