viernes, 20 de junio de 2014

Visiones de futuro #1

La joven vampiresa llevaba todo el día vigilando a Marc. Parecía que aún no se había dado cuenta de que tenía dos pequeñas marcas de colmillos en su yugular y mucho menos de que ya no era un simple humano. Empezaba a arrepentirse de haberlo elegido. Parecía despistado y descuidado. ¿Cómo era posible que aún no se hubiera dado cuenta de la mordedura? ¿Acaso no le dolía? ¿Cómo podía ser tan raro? 
Erica empezaba de desesperarse. No lograba entender como no se daba cuenta de lo que sucedía en su cuerpo. Si en un par de días el joven seguía sin enterarse, ella empezaría a tomar medidas. Como no era un vampiro completo no tenía de que preocuparse. Además, no necesitaría alimentarse hasta pasada una semana de su transformación. Y aún seguía vivo, hasta que no muriera no sería un verdadero vampiro. Y era preferible que no se transformase del todo hasta que fuera plenamente consciente de lo que ahora era. Sino, podría llegar a ser un grave peligro para la sociedad.
Marc estaba tirado en el sofá de su casa, con las persianas bajadas y viendo una peli de miedo. Erica lo vigilaba a través de las rendijas que quedaban. De momento todo estaba bien. No había nadie que la molestara. 
No había pasado mucho tiempo desde que se viera obligada a mudarse. Estaba cansada de que la persiguieran e intentaran matar. Era lo que más odiaba de ser un vampiro. Todo lo demás le encantaba. Amaba el sabor de la sangre. Ella, a diferencia de otros muchos, jamás había matado a un humano, pero eso no le importaba a los Cazadores, ellos mataban a todo ser sobrenatural sólo por no ser humano, les daba igual si había matado o si no. Eran bestias y debían ser exterminadas por ello.
De momento, ninguno de ellos sabía que estaba allí y tenía que aprovechar el poco tiempo que tuviera para entrenar a Marc y prepararlo para la dura batalla en la que ella lo había metido, pero, estaba segura, de que él era quien lograría acabar con ese mal.

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