Apenas queda un mes para que acabe el curso, pero aun así parece demasiado tiempo.
El cansancio recorre mi cuerpo y se hace notar en mi rostro y en mi humor. No solo yo me siento agotada sino también el resto de mis compañeros de clase. Nos reímos, a causa del estrés y los nervios, por prácticamente cualquier cosa, aunque la gracia sea más bien mala y normalmente no nos produciría risa alguna.
Como muchos otros, estoy deseando acabar este curso tan odioso. Guardar los libros, aunque otros los quemen, tirar apuntes inservibles y organizar al fin el cuarto, pues con tanto estudio nunca da tiempo a una buena limpieza a fondo.
En un mes abré acabado las clases, ya no tendré que madrugar y destrozar mi vista entre libros y apuntos tomados a correr. Al gin tendré tiempo a descansar y a dedicarle más tiempo a mis aficciones: leer, dibujar y describir. Se acercan las vacaciones, al fin podré quedar con mis amig@s tanto como quiera, sin tener que preocuparme de la hora de regreso a casa, pues ya no tendré que madrugar o ponerme a estudiar.
Tengo demasiadas ganas de tener el mejor verano de mi vida. Ver a mis amug@s tanto como quiera, hacer maratones interminables de películas o series, disfrutar de la playa o la montaña, leer montañas de libros, escribir hasta quee sangren los dedos, irme por ahí con alguien especial...
Con esta ilusión de disfrutar de unas merecidas vacaciones... ¡Ya solo queda la recta final de mi camino!
Y así como a mis compañeros, os deseo a todos ánimo y fuerza para este último trimestre.
¡Venga que ya queda menos!
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