Undirse bajo las profundas aguas, abrir los ojos y observar. Notar la presión del agua sobre su cuerpo. Bucear entre algas, peces y demás.
Sentirse viva.
Dejar que las lágrimas se mezclen con el agua salada y las olas. Llorar sin ser vista.
Volver a tierra con una sonrisa de todo va bien. Ojos rojos del llanto, que pasan desapercibidos, pues, creerán que es a causa del mar.
Tia, esto es mu' tiste :'(
ResponderEliminarAsi que bien logrado, supongo :'(
Sí, eso pretendía. Cada uno tiene su fuerte y el mío son los relatos más tristes.
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