El recuerdo que más me atormentaba era el del secuestro, eso que mis padres ignoraban, para ellos yo estaba con una amiga pasando el fin de semana.
Hacía ya tiempo que no tocaba el talismán, y muchas ganas de rozarlo no tenía, pero si quería descubrir su historia.
Me levanté lentamente y caminé hacia la ducha, necesitaba darme un largo baño. Había tenido una mala noche, llena de recuerdos oscuros y apenas había dormido y necesitaba un minuto de relax antes de comenzar mi día.
Poco después de salir y vestirme escuché un grito que procedía de la calle, salí rápidamente a observar de dónde procedía ese ruido y para saber si podría ayudar en algo. Me pareció ver algo por un callejón cercano a donde yo vivía y corrí hacia allí, pero lo que en ese lugar se encontraba, no me gustaba nada.
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