lunes, 8 de septiembre de 2014

5: ¿Enserio crees que puedes conmigo, capullo?

Taku caminaba, cogiendo a Sam por la cintura, cerca de las pistas de entrenamiento, dirigiéndose hacia su habitación. La chica se encontraba completamente calla, el chico la miraba, con cara de preocupación.
-Sam, amor, ¿qué te pasa?
-Nada...
-Sam, no me mientas. Dime. ¿qué te preocupa?
-Que tu madre quiere expulsarme de la academia, ¿qué sino?
-Tranquila. No será capaz. Creo que le ha quedado claro que si te expulsa, yo me iré contigo y se que eso es algo que no va a permitir. Le encanta temernos aquí a mi hermana y a mi.
Sam no tuvo tiempo a responder, porque un chico les gritó.
-¡Vosotros! ¡No os vais a ir así sin más! ¡Lograré que os expulsen!
-¿Y a eso lo llamas amenaza?- Taku comenzó a reírse mirando al chico, que resultó ser un miembro del consejo escolar.
Sin hacerle caso, el chico intentó agredir a Sam, pero antes de que este llegará a tocarlo, Taku ya le diera una patada.
-Nadie toca a mi novia. Y menos un puto siervo de mi madre- los ojos del chico estaban totalmente rojos.
-Amor, tranquilo- Sam lo miraba, intentando calmarlo. Sabía que no era bueno que el vampiro se cabreara.
-Sam, aléjate, no quiero hacerte daño por error.
La chica se alejó, dejando a los dos alumnos enfrentarse entre si.
El miembro del consejo estudiantil volvió a intentar un ataque, pero, de nuevo, Taku lo paró, golpeándole la espalda.
-Que penoso... ¿Y tú eres una de las manos derecha de mi madre? Me haces gracia, ¿sabes?
-Cállate, capullo.
Taku sonrió de lado y el lugar empezó a quedar cubierto por una niebla densa, haciendo que al otro chico le costara respirar y moverse. Aprovechando eso, Taku lo agarró del cuello y lo lanzó lejos. Cuando se recompuso, el vampiro le dio una patada, derribando de nuevo a su adversario. El joven lo miró, con odio y le lanzó un hechizo a Taku, pero este no llegó a causarle ningún daño. Atónito y sin comprender nada, el miembro del consejo de estudiantes, consiguió ponerse en pie y golpear al vampiro en la mandíbula, cosa que lo cabreó aún más.
La pelea siguió durante una par de minutos, hasta que el joven estaba tirando en el suelo, jadenate y sangrando por el labio. Cuando Taku iba a acabar con él, una voz, gritando, se lo impidió.

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