viernes, 5 de septiembre de 2014

Porque los sueños, sueños son

Desde hace algunos años, uno de mis sueños es llegar a ser criminóloga. Quizás no es un deseo corriente, como el típico de "quiero llegar a ser famosa" o "mi mayor sueño es cantar junto a Madonna". Pero, yo no soy como el resto.
Sin embargo, sí que soy igual que todos en que, a la hora de que lo que quiero se haga realidad, eso no va a pasar, porque los sueños, sueños son.
En mi caso, jamás lograré si quiera entrar en una universidad que tenga dicha carrera... Lo sé porque ni siquiera he conseguido acabar el simple bachillerato científico. Poco a poco, día a día. durante los dos años que lo he intentado, me he dado cuenta de que ese sueño, no está al alcance de mi mano, que es una meta demasiado difícil para mi poco intelecto.
Otro sueño, un poco más común, es que siempre me ha ilusionado que me publicasen un libro. Pero, siendo sinceros, como el otro, también se aleja de mi camino. Mi forma de escribir no es demasiado buena, más bien es de lo más común, como la de cualquier otro joven con un poco de imaginación. Por ello, he decidido que me limitaré a escribir como hasta hora, como un mero entretenimiento y vía de escape de la vida real, sin ninguna ambición, simples letras y palabras que, con el tiempo, se perderán por la red.
Con esto no quiero decir que vuestros sueños no lleguen a realizarse, realmente eso no lo pienso, lo único que sé con certeza, es que los míos son imposibles de alcanzar.
Después de haber estragado dos años, bueno, contando primero de bachillerato, tres años de mi vida, me toca pensar qué es aquello para lo que realmente valgo. Dejaré de intentar de ser Sherlock Holmes, aunque más bien me interesaba la parte científica del procedimiento, la de ser la forense; y buscaré para lo que he nacido.
Día a día, veo que realmente no destaco en nada. Hay gente que adora el trabajo con niños, yo no podría; otros, cuidan de personas mayores, tampoco; trabajos cara el público, no soy demasiado sociable, soy más bien borde cuando me cabrean; y en una oficina. no soporto estar encerrada en un despacho. ¿Qué me queda? Yo creo que ya no hay nada.
Para mi, tanto criminología como publicar algo, se me ha espado de las manos, ya no podré alcanzarlo ni aunque me estire completamente. Así pues, repitiendo lo de antes: mis sueños, sueños son.
Vosotros, no seguir mi ejemplo y luchar por lo que queréis. Pero yo, ya me he cansado de luchar...

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