Tardara sobre 3 días en llegar al palacio indio en el que vivía Iris, la hechicera. Durante el viaje había oído diversas historias sobre su presa. Algunos decían que era una vieja, gorda y fea, que mataba niños para comérselos. Otros que era una joven hermosa que se dedicaba a sanar a ancianos y niños enfermos. Sabía que lo primero no era cierto, porque en la foto del informe al menos salía una chica joven, aunque con algunos pocos años más que él.
No tardó en encontrarla. La chica se encontraba en medio de un lago cristalino, dándose un baño. Hermi se escondió detrás de un árbol, lo suficientemente alejado como para que, si Iris se daba la vuelta, no pudiera verlo.
El chico se quedó allí plantado, esperando a que la hechicera saliera del agua. Su primer trabajo para poder realizar bien esa misión era espiar a la chica durante unas cuantas horas y, si era necesario, durante un día entero. Debía averiguar cuál era su punto más fuerte y cuál es más débil. Lo malo de aquella misión era que la directora de la academia no lo había informado del motivo para que la quería.
No pasaron muchos minutos más cuando Iris salió del agua. Iba totalmente desnuda y su piel morena brillaba por el reflejo que daba el sol sobre el agua de su cuerpo. Hermi se quedó mirándola fijamente, era la primera vez que miraba a una chica desnuda. Tragó saliva, tenía miedo a ser descubierto, pero no era capaz de apartar la vista de aquella mujer. Era hermosa, una auténtica belleza india. Delgada, de piel morena y pelo y ojos oscuros. Su pecho, perfecto, apenas estaba tapado por sus brazos. El mago siguió mirándola, a pesar de lo atraído que se sintió por ella, no podía apartar de su mente el recuerdo de Sam, la mujer a la que el amaba, Estaba seguro de que ella sería mucho más hermosa desnuda que esa hechicera.
Iris se tapó con una toalla y se dirigió al interior del castillo. Hermi la siguió, pero, al estar tan embobado con el cuerpo desnudo de aquella chica, pisó una rama, partiéndola y delatando su posición. La chica se dio la vuelta, mirando al lugar del que había surgido aquel ruido.
-¿Quién anda ahí?
Hermi intentó esconderse, pero, Iris se acercaba rápidamente a él. No tenía escapatoria, lo habían descubierto. En menos de cinco minutos había estropeado su propio plan de captura.
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