Sam estaba dormida abrazada a Taku, como cada día, aunque eso estuviera prohibido en la academia en la que estaban. El vampiro, en cambio, estaba despierto, y la acariciaba con ternura.
Un móvil empezó a vibrar y a sonar con fuerza sobre el escritorio, despertando a Sam. Taku le acercó el teléfono y ella lo descolgó al ver que quien llamaba era su padre.
-Padre, ¿qué quieres?- preguntó aún con la voz ronca.
-Te he encontrado un pretendiente.
-¿Qué me has encontrado qué?
-Un amigo tiene un hijo de más o menos de tu edad, es el perfecto marido para ti.
-Sí, había oído bien... Padre... No pienso casarme.
Taku miró a Sam sin comprender de lo que hablaba su novia, que el recordara no le había pedido matrimonio, como que apenas llevaban una semana juntos.
-Debes hacerlo.
-Mira, voy ahora para ahí y hablamos con calma- sin darle tiempo a responder le cuelga y mira a Taku-. Mi padre quiere que me case con el hijo de un amigo suyo...
-¿Qué? Eso no lo pienso permitir.
-No pienso hacerlo, amor, te tengo a ti- saltó de la cama y empezó a vestirse-. Voy a ir al infierno a hablar con él.
-Voy contigo.
-No. Ya sabes que mi padre te odia. Además, no sabe nada de lo nuestro.
-Es igual, iré como gato.
-Conoce tu alma.
-La ocultaré mediante magia.
-Está bien...- suspira- Ven aquí, gatito.
Se convierte en gato saltando hacia los brazos de Sam, ella lo abraza contra su pecho y los hace aparecer en casa de su padre.
-¡Padre!- va hacia el salón, de allí es de donde percibía el alma de su padre- Ya me estás explicando que es eso de que debo casarme con el hijo de un amigo tuyo.
-¿Ahora tienes un gato?- señaló a Taku.
-Sí, me lo he encontrado. No me cambies de tema.
-Sí, ya vas teniendo edad de casarte y darme nietos. Además, este es un buen partido, un demonio de clase alta, como tú.
-Yo soy mestiza. Y... Además... Me gusta alguien- acarició la cabeza de Taku, mientras este tranquilo, meneaba su cola y lamía las manos de Sam.
-¿No me digas que te has enamorado de ese asqueroso vampiro?
-¡Taku es mi mejor amigo, padre! Y sí, me he enamorado de él. ¡Al menos ese "asqueroso" vampiro me cuida y se preocupa más por mí que tú!- en sus brazos Taku empezaba a estar molesto y a bufar. Sam lo seguía acariciando, y, mediante telepatía lo intentaba calmar: "amor, tranquilo, no le hagas caso al viejo".
-¡Vampiros y demonios somos enemigos! ¡Jamás permitiré que estés con alguien como él! Te casarás con quien yo ordene. Ya es mucho que os permita ser amigos.
-¿Y qué pasaría si fuéramos más que amigos? ¿Me matarías?
-No permitiré que mi única hija salga con un maldito chupa sangre que la use de comida andante.
Taku, ya cabreado, saltó a arañar al padre de Sam.
-¡Taku, no!
-¿Le pones el nombre del chico que amas a tu mascota? ¡Qué patético!- el padre de Sam empezó a reírse mientras se sacó de encima al gato negro.
-¿Acaso no te has dado cuenta de que soy el novio de tu hija?- Taku tomó su aspecto humano- ¿O que la cuido mejor de lo que tú haces, maldito viejo?
-Maldito vampiro. ¿Cómo osas tocar a mi hija?
-¡Basta!- Sam gritó y se puso en medio de ambos- Te guste o no, padre, Taku es mi novio y no pienso dejarle.
-¡No podéis estar juntos!
-¿Por qué no, viejo? Si es necesario te mataré- los ojos del chico estaban rojos, se había cabreado.
-No os lo diré. ¿Eso crees? Está bien, te quiero aquí en una hora, a ver si puedes conmigo. Al menos tendrás una última hora para estar con mi hija- se alejó de allí riendo de una forma fría y siniestra.
-Amor... Vamos a mi cuarto un rato, anda.
Taku asintió y siguió a su novia por los pasillos de aquella casa demoníaca.
me encanta la historia,la llevas bastante bien
ResponderEliminarSr X.
Como para no encantarte la historia cuando la mitad es cosa tuya.
ResponderEliminarSe lleva como se puede.
Pero me alegra que te guste. Y gracias ^^
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