Se alisó la camisa y llamó al timbre, esperando a que Marc abriera. Escuchó una como alguien gritaba algún insulto dentro de la casa y la puerta no tardó en abrirse y aparecer por ella el chico al que acababa de transformar.
-¡Hola, Marc!- lo saludó con una cálida sonrisa dibujada en su rostro. Él se quedó mirándola, confuso.
-Perdona..., ¿nos conocemos?- Marc tenía los ojos casi cerrados, el sol le dañaba la vista y le molestaba en la piel.
-Tú a mi no, pero yo a ti sí. ¿Puedo pasar?
-Claro... -se hizo a un lado invitándola a pasar, aunque su cara aun reflejaba lo perplejo que se encontraba. Esa chica no le sonaba de nada.
Erica se dirigió al salón y allí se sentó en el sofá cruzando sus piernas. En el televisor había una partida del GTA V en pausa. Eso era lo que había estado haciendo Marc todo el día. Él se sentó a su lado y cerró el juego, tenía la sensación de que aquella visita le iba a arruinar su día.
-Mi nombre es Erica- empezó a hablar en un tono tranquilo, que confortaba al chico-. Soy un vampiro y te trasformé esta misma noche.
Marc la miró perplejo. ¿Qué era qué? Esa había sido la presentación más extraña de su vida. ¿Cómo iba a ser él un vampiro? Era imposible. Aunque, no sabía lo equivocado que estaba al respeto.
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