miércoles, 29 de julio de 2015

18: Un pequeño descanso

Sam dormía sobre Taku, como cada noche desde que se hicieran buenos amigos y, siguiendo esa rutina, el chico la abrazaba y acariciaba mientras la miraba dormir. Le gustaba pasar las noches así, él rara vez necesitaba dormir y prefería tener a aquella chica entre sus brazos y estar calmado que pasarse la noche en vela en busca de cualquier otra tonta diversión. La chica se movía entre sus brazos, él sabía que su novia no tardaría en despertar y así era, al poco Sam abrió los ojos y besó a su novio. Él correspondió a aquel beso con una sonrisa en sus labios, le encantaba esas mañanas en las que su chica se despertaba a su lado y de aquella forma tan mimosa. Al poco la chica dejó de besar a su novio y saltó al suelo y empezó a vestirse rápido.
-Sam, ¿qué haces?- Quiso saber el chico, extrañado ante ese comportamiento de su novia.
-¿Cómo que qué hago? Joder amor, se hace tarde, voy a llegar tarde a clase- respondió ella, sin dejar de vestirse.
-Amor...- Dijo él entre carcajadas-. Fuimos expulsados, ¿recuerdas?
-Es verdad- respondió ella volviendo a la cama y riéndose-. Se me había olvidado. Entonces... Podemos pasarnos el día en cama, sin hacer nada.
-Así es amor, sin hacer nada más que abrazarnos y besarnos.
Sam, sonriente, se sentó sobre su novio y lo besó con ganas, él, por su porte, la pegó a su cuerpo rodeándola por la cintura y siguió aquel beso.

Los chicos se pasaron en aquel cuarto todo lo que quedaba de mañana, sin hacer otra cosa que abrazarse, besarse y reírse de lo que contaban. Solo decidieron salir de cama una vez que Sam declaró que tenía hambre y decidieron bajar a la cocina para comer algo.
En la cocina estaban sus familiares, comiendo y charlando de forma animada sobre lo bien que se estaba sin tener que verle la cara a la señora Arai.
-Hola chicos- los saludó Sam de forma animada.
-Que contenta se te ve, gatita.
-Pues si, lo estoy. Me gusta esta tranquilidad, sin que nadie nos moleste y poder estar todo el día en cama tirada junto al guapísimo de mi novio- respondió sonriente la chica.
Se sirvió un plato de la comida que habían preparado los chicos y, a pesar de que había muchas sillas libres, prefirió sentarse sobre las piernas de su chico para comer y chalar con sus amigos.
Tras acabar la comida y limpiar lo que habían ensuciado, Sam y Taku salieron de la casa y dieron un pequeño paseo por los alrededores de la casa. Caminaron de la mano, muy pegados el uno al otro, charlando animadamente y parándose para abrazarse o darse algún que otro beso. Llegaron a un parque infantil en donde Sam se sentó en uno de sus columpios y Taku comenzó a columpiar.
-¿Sabes amor? De niña adoraba este sitio... Aunque de aquella esto estaba mucho más lleno- dijo ella con los ojos cerrados mientras se dejaba columpiar.
-Si... Es un sitio bonito y tranquilo.
-Además, hay un lago cerca en donde jugaba también de niña.
-¿Me lo enseñas luego, amor?
-Claro- le sonrió ella.
Poco a poco se fue haciendo de noche y los chicos decidieron ir hacia el lago. Una vez allí, Sam, de forma divertida y con una sonrisa pícara en los labios, se desnudó y se metió en aquella agua cristalina y en calma. Taku, al verla, no puedo evitar sonrojarse, era la primera vez que miraba el cuerpo desnudo de su chica.
-¿Qu-quá heces amor? ¿Estás loca o qué?
-No- dijo ella entre risas-, no lo estoy. Vamos amor, métete, el agua está buenísima.
El chico, sin vacilar, se desnudó rápidamente y se metió en el agua con su chica. Ella, por su parte, rodeó el cuerpo de su novio con las piernas y su cuello con los brazos.
-Así es como debemos estar, pegaditos.
Él sonrió y la besó una vez más.
Pasaron casi una hora dentro del lago. Se mojaron el uno al otro riéndose y sintiéndose completamente felices. A ambos les encantaba aquella tranquilidad, les gustaba estar junto a la persona a la que amaban, sin que nadie los molestase.
Al salir se secaron con unas toallas que Sam había hecho parecer y se sentaron a los pies de un árbol, donde se acostaron y se abrazaron en silencio, sin dejar de sonreírse.
-Amor... Tengo frío, ¿volvemos?- Pidió ella mientras temblaba a causa del frío.
Él asintió y, cogiéndola de la mano, volvieron juntos de hacia su nuevo hogar. Pero, por desgracia, había alguien que les impedía el paso.

Visiones de futuro #16

El coche negro corría a gran velocidad por las desiertas carreteras secundarias ya apenas transitadas, pues estas seguían sin asfaltar, lo que dificultaba la conducción. Marc y Erica se encontraban en silencio y con los sentidos más que agudizados, estaban completamente alerta por si aparecía algún vehículo sospechoso o por si alguien comenzaba a seguirles. Esta vez no tenían ningún lugar seguro al que ir, fueran a donde fueran, sabían que los iban a encontrar.
-Marc, ahora no podremos pasar más de dos días en el mismo sitio.
-Lo sé...- suspiró el chico, echaba de menos la tranquilidad de su vida y la comodidad de su casa.
Condujeron durante un par de días, parando solo para comer o asearse, mientras uno dormía el otro seguía conduciendo, sin detenerse. Durante esos dos días apenas hablaron, no sabían que decir, tenían miedo a que los encontraran antes de poder descansar un poco.
-Erica, amor, despierta- intentó despertarla Marc con la voz suave y moviéndola suavemente.
La chica abrió lentamente los ojos y miró a su alrededor confusa, le llevó un rato recordar que estaban huyendo en su cuatro por cuatro.
-¿Qué pasa?- Quiso saber ella.
-Creo que he encontrado un buen sitio en donde quedarnos esta noche para descansar- le respondió él, sonriendo y alegre a pesar del cansancio que tenía y que sus ojos y ojeras reflejaban.
-¿Dónde?
-En esa casita rural, al parecer, por lo que he visto en los carteles, la alquilan por día. Además, está bastante apartada del pueblo y en esta época del año dudo mucho que esté alquilida.
-Oh, Marc, eres un genio- dicho esto lo besó.
-No es para tanto- empezó a reírse él-. Sigue descansando, vampiresa. Te despierto cuando lleguemos.
La chica asintió y volvió a dormirse mientras Marc conducía hacia aquella casa rural. 
Los chicos llegaron allí en menos de media hora y, tras despertar a su compañera, ambos fueron a preguntar a la dueña de la casa si tenía alguna habitación libre, por suerte para ellos, ese día, no había ni una sola habitación alquilada. 
Tras firmar con unos nombres falsos, subieron a la habitación que habían alquilado y se acostaron, olvidando por un momento todos sus problemas mientras sus pieles se rozaban.

lunes, 27 de julio de 2015

Uno y uno hacen dos

Hoy hace ya más de dos años que comencé a escribir en un Blog que había creado junto a mi mejor amigo. Empezamos siendo dos y ahora ya solo sigo yo.
Con el tiempo, el contenido de lo que escribía iba cambando, mi forma de escribir fue mejorando muy lentamente, mi forma de expresarme se fue haciendo algo más clara, todo gracias a la dedicación y a lo aprendido de las lecturas o de la asignatura de lengua. Cada día, mis dedos tecleaban más rápido el teclado de mi ordenador, las líneas se escribían en menos tiempo y seguir una historia me costaba menos, mi mente, mi imaginación, volaba a mayor velocidad.
En este último año varias cosas han cambiado, quizás mi visión del mundo sea menos negras y se vaya asemejando un poco a un tono grisáceo. Los post ya no solo se limitaban a lo más escuro de mi alma, sino a lo más luminoso de mi corazón. En cada línea, reflejaba todo aquello que me iba ocurriendo, fuera bueno o malo. Amistades perdidas, gente nueva a la que conocí y una extraña relación que marca mi manera de escribir y pensar.
Sin embargo, sigo con el mismo y principal motivo por el que creé este Blog, para poder desconectar de mi día a día y para divertirme escribiendo. A día de hoy, la escritura online se ha convertido en uno de mis mayores aficiones. Aquí puedo crear historias que nunca se perderán, emocionarme al comprobar que lo que escribo se lee más allá de mi país, que no existen fronteras para una joven e inexperta escritora.
Principalmente hay tres personas que me motivan a escribir, tres personas a las que verdaderamente aprecio y que forman parte de mis historias, ellos saben quiénes son realmente; Sr. X, Iris y Hermi. Ellos son los protagonistas de mis dos historias ligadas. Aunque..., el Sr. X es quien más me inspira siempre en seguir escribiendo, por el que escribo los post de esa forma diferente a la de antes, por el que vale la pena enamorarse de las letras...
Aún así, aparte de ellos, hay otro pequeño grupo de amigas a las que les gusta que escriba, aunque prefieran mis relatos más eróticos. Ellas fueron las primeras que leyeron algo escrito por mi, pero de eso ya hace muchos años, cuando apenas estaba por la mitad de secundaria. Gracias a ellas nunca perdí la ilusión por escribir y eso me llevó, años más tarde, a tomar la alocada decisión de crear un Blog en donde todo lo que se me pasa por la cabeza.
Aparte de mis amigos, como no, si sigo escribiendo es gracias a vosotros, esos desconocidos que entráis en la dirección de mi Blog y perdéis tiempo en leer todo aquello que escribo. Gracias a vosotros, mi ilusión por escribir es cada día mayor.
Espero no perder nunca la ilusión de escribir y que este Blog siga en funcionamiento muchos años más.
Un saludo y un fuerte abrazo,


                                        Samy Night

ñ) Hacia los chicos

El chico volvió junto a Iris y le informó dónde y cómo podían encontrar a los chicos y que la información se la había dado la hermana del vampiro.
-¿Y te puedes fiar de ella? ¿No será alguna trampa de la madre del chico?- Preguntó Iris sin ser capaz de confiar demasiado en la información obtenida.
-Sí, estoy talmente seguro de que nos podemos fiar de la información que nos pasó Shana. Al igual que su hermano, no es que le tenga un especial afecto a su madre y estoy seguro de que, sabiendo que lo que le tengo que decir es de vital importancia, nos ayudará a encontrar a su hermano. Por eso estoy seguro de que la dirección es la correcta y que, para poder llegar hasta allí, debo tomarme esa poción.
-Pero...
-No hay peros que valgan- le interrumpió el chico-. Si es un engaño, pues moriré en el intento de intentar arreglar lo que estropeé por mi idiotez.
La chica suspiró y asintió.
-Iré contigo, amor. No quiero que completes esta aventura tú solo.
-Gracias, Iris. Te dejo acompañarme, pero solo yo me acercaré a la mansión Arai, yo si que no permitiré que te pongas en riesgo por algo que debo hacer yo solo.
-Está bien...- Aceptó la chica. Sabía que no iba a conseguir que su chico cambiara de opinión en eso-. Pero amor, ¿qué harás si no eres capaz de hablarles? Porque te conozco y sé lo mucho que te cuesta hablar ante unos desconocidos y más aún en este caso...
El chico pensó un rato en qué podía hacer, en cuál sería su plan B en caso de que no lograra hablar. Caminó por la habitación barajando todas las posibilidades que le pasaban por la mente, pero ninguna le parecía la correcta ni mucho menos la más adecuada. Finalmente y parándose ante el pequeño escritorio que había en aquella habitación de hotel, decidió escribir una carta explicándoles todo lo que había hecho y cuáles eran los planes futuros de la señora Arai. Sabía que una carta demostraba la falta de valentía, pero el vampiro siempre le había causado mucho respeto y sabía que si le contaba todo aquello cara a cara, el resultado podría ser su propia muerte.
-¿Finalmente te has decidido por redactar una carta, amor?
El chico asintió a modo de respuesta mientras metía las hojas escritas en un sobre.
-Me parece lo mejor. Así te arriesgas menos. Bueno, es hora de que partamos hacia el final de esta aventura.
Hermi abrazó a Iris y la besó antes de partir hacia la mansión Arai.

miércoles, 22 de julio de 2015

17: Una breve charla con los familiares


Los chicos regresaron en seguido a su nuevo hogar como pareja, donde los esperaban sus familiares, deseosos de saber de qué habían hablado en la primera reunión de Sam como líder del clan Night.
-Venga chicos, contadnos qué pasó- les rogó Nana poniéndoles ojitas.
-Os lo contamos ahora, yo a esa carita no me puedo resistir- dijo Sam tras reírse-. Bueno, lo principal para lo que me querían era para que diera la cara y me presentara como líder del clan Night. A parte de eso...
-Hemos propuesto unos cambios- prosiguió Taku con la explicación.
-¿Cambios?- Preguntó Gaziel.
-Sí.
-Esos cambios, que sé que Taku prefiere que los explique yo, consiste en una mejora en el trato hacia los mestizos y familiares.
-¡¿Cómo?!- Preguntó la pareja a la vez.
-Pues eso, chicos. Hacia los familiares, el cambio se basa en que dejaréis de ser considerados como demonios inferiores y que seréis tratados con unas condiciones óptimas, tal como hago yo contigo, Gaziel.
-Pero eso... Es muy difícil de conseguir, gatita. Siempre se nos ha considerado inferiores y yo he tenido suerte en ser tu familiar...
-Pues eso va a cambiar, al menos en la teoría y espero que igual en la práctica. Y en cuanto a los mestizos, se los tratará mejor, enseñándoles a controlarse y lograr que así se equilibren de una forma correcta y no como lo hice yo.
-Cariño, se te olvida otra cosa que pactamos.
-No amor. Lo otro... Es que ningún vampiro puede atacar a los demonios y viceversa, hemos retomado la paz y convivencia que existía antes entre nuestras especies.
-Joder chicos, eso es increíble. Pero, ¿cómo os vais a asegurar de que los otros demonios y vampiros cumplan con los cambios que propusisteis?- Quiso saber el familiar de Sam.
-Muy sencillo, con esto- le respondió Sas mostrándole el pergamino que habían firmado en la asamblea-. Es un contrato Arai y ambos sabéis como son.
Los chicos asintieron, estaban asombrados por todos los cambios que los otros demonios habían aceptado en tan poco tiempo.
-¿Y ahora qué nos espera?-Preguntó Nana.
-Vivir... O eso espero, no creo que nadie me vaya a atacar.
Los cuatro se rieron con aquella respuesta de Sam, habiendo firmado aquel contrato tan estricto, dudaba que ninguno de los demonios la fuera a atacar.
Siguieron conversando y riendo hasta bien entrada la noche. Los chicos se despidieron, yéndose cada pareja a su habitación.

Visiones de futuro #15

Había pasado ya varias semanas desde que los chicos se encontraban en la vieja casa de campo de la familia de Erica. En aquel tiempo los dos vampiros habían aprovechado el tiempo para entrenar. Marc fuera mejorando día a día y, con el paso del tiempo, ya lograba vencer a Erica, aunque eso rara vez ocurría. A su vez, su cuerpo también había cambiado, pasara de tener un cuerpo delgaducho a uno fuerte y musculado, sus reflejos eran increíbles y había aprendido a encontrar sin dificultad el rastro de la vampiresa, tardando apenas unos segundos en ser capaz de encontrarla.
La relación de ambos había mejorado, el haber pasado tanto tiempo juntos les había permitido conocerse muy bien el uno al otro y se tenían una confianza mutua, convirtiéndose rápidamente en pareja.
 Los chicos se encontraban en el jardín a punto de terminar su entrenamiento diario, ese día habían entrenado más que de costumbre. De pronto, la joven se detuvo de golpe, sentía como si algo o alguien los estuviese observando.
-Erica, ¿qué ocurre?- Le preguntó Marc extrañado de que su chica se hubiera para de golpe.
-Calla por favor, creo que alguien nos vigila.
Sin que al chico le diera tiempo a responder, un par de sombras se abalanzaron sobre ellos. Eran un par de vampiros de ojos rojos, con los colmillos muy afilados y entrenados para matar.
Los chicos se defendieron como pudieron, sus atacantes eran difíciles de aplacar, no tenían límite, les daba igual que sus víctimas muriesen con sus golpes. Erica se encargaba del más grande y poderoso de los vampiros enemigos, por como se movía sabía que era uno de los guardaespaldas del nuevo rey de los vampiros y creía saber cuál era su punto débil. Agachándose y con un movimiento rápido, logró zafarse de su adversario y aprovechando su lentitud, se colocó detrás de él y le partió el cuello, tras eso, le arrancó la cabeza y se dirigió hacia Marc para ayudarlo.
El chico se defendía como podía, su contrincante era mucho más poderoso y le daban la mayor parte de los golpes que el viejo demonio daba, él, en cambio, pocas veces acertaba. Aprovechando que el vampiro estaba distraído con Marc. Erica se abalanzó sobre él y le arrancó la cabeza.
-Ve a por nuestras cosas mientras los quemo, ¡rápido!- Le ordenó la joven.
El chico asintió y salió corriendo hacia la casa. Mientras, ella, acercaba los dos cuerpos y les prendió fuego.
En menos de cinco minutos su cuatro por cuatro corría a gran velocidad por la carretara que llevaba a la salida del pueblo.

jueves, 16 de julio de 2015

n) Nueva información

-¿Tú hermano?-Preguntó Hermi algo confuso.
-Sí, Taku, mi hermano mayor. Yo soy Shana, y sé exactamente en dónde puedes encontrarlo. Es raro que alguien quiera buscarlo...
-¿En serio lo sabes? ¿Y puedes decir dónde econtrarlo?
-Sígueme, es mejor no hablar aquí de esto.
El chico asintió y ambos se alejaron de la puerta del despacho de la directora. Recorrieron un par de pasillos hasta encontrar un aula abierta y, como era de esperar, totalmente vacía. Una vez dentro, Shana cerró la puerta y miró al chico.
-Lo primero, ¿por qué buscas a mi hermano?
-Quiero... Quiero.. Contarle unas cosas que pretende... Hacer vuestra madre...- respondió el chico con la cabeza gacha y hablando en voz baja.
-¿Qué quiere hacer mi madre?
-Eso... Solo se lo diré a  él y a Sam...
-¿A los dos? Entonces tiene que ser algo que les quiera hacer mi madre- suspiró la chica.
-Sí... Bueno...
Shana le sonrió y escribió en un papel una dirección.
-Llegar a ese lugar no es fácil. Está protegido mágicamente. Hasta hace poco vivían en la vieja casa de Sam, pero hace unos días se han mudado a la vieja residencia Arai.
-¿Protegida mágicamente?
-Así es. Bueno, tenemos un basilisco un tanto especial, no deja que se le acerquen desconocidos- la chica se quedó pensativa-. Pero puedo preparar un pequeño engaño para que deje que te acerques al lugar. Dame unos minutos.
Dicho esto la chica salió de aquel aula, dejando a Hermi solo con un trozo de papel en la mano.
Tras unos cinco minutos, la joven vampiresa regresó al aula con un pequeño frasco en la mano y se lo dio al chico,
-Bébetelo cuando estés cerca del lugar. Con eso será más que suficiente para poder entrar. Para salier no habrá ningún problema.
El chico asintió y se fue junto a Iris.

miércoles, 15 de julio de 2015

16: ¿En serio te parece bien?

A la salida de la asamblea los esperaba el padre de Sam, sonriente. Al verlos aparecer les indicó que les siguiera y, juntos, fueron de camino hacia la casa familiar. Taku miró confuso a su novia, no entendía por qué quería hablar con ellos.
Al llegar a la vieja mansión los tres se dirigieron hacia el salón de la casa, una vez allí, Sam y su padre se sentaron cada uno en un sillón diferente, Taku seguía en brazos de su novia con su aspecto de gato.
-¿Qué es lo que quiere, señor Night?- Preguntó Taku.
-Por favor, hijo, para hablar contigo me resulta bastante incómodo hacerlo así. Toma tu forma humana.
El chico obedeció y se sentó al lado de su novia.
-Gracias. ¿Cómo os ha ido en la reunión?
-Bueno...- Comenzó Sam-. No nos han matado, y eso ya es un gran paso. Aparte de que ha firmado un trato con la familia Arai.
-¿Cómo?
-Eso- respondió Taku-. Y los contratos con mi familia son inquebrantables. He usado uno de los viejos papeles de mi madre. Si alguien incumple una sola parte de lo especificado en ese tratado, todos lo sabrán y ese traidor será inmediatamente enviado a las mazmorras de mi casa, y de allí no se puede escapar. Bueno... Y entre todos los clanes firmantes se decidirá el castigo pertinente...
-Lo que pactamos fue que ningún vampiro atacará a los demonios y viceversa- empezó a explicar la hija del se3ñor Night las cláusulas del tratado de paz-. También añadimos que se debe tratar a los mestizos como demonios puros, educarlos y ayudarles a controlarse. Aparte de eso, logramos devolverle la dignidad perdida a los familiares, aunque creo, que esa será la parte que más va a costar cumplir.
-¡Eso es increíble, hija!
-Ya...
-Pero... Por favor, ten mucho cuidado. Estoy seguro de que intentaran matarte- miró a Taku a los ojos-. Por favor, cuida mucho de mi hija.
-Eso haré- le juró el chico-. ¿Está de acuerdo con que sea yo quién la cuide? ¿No tiene ella un familiar?
-Sí, lo tiene. Ya lo conoces y es un gran chico que siempre la ha cuidado... Pero, sé que tú, como su novio, la cuidarás aún mejor y que, haga lo que haga, nunca lograré separaros.
-¿Lo dices en serio papá? ¿Puede seguir con Taku?- Preguntó ilusionada la joven demonio.
El viejo demonio asintió y ella, emocionada, abrazó a su padre.
-Pero juro que como le pase algo malo, por mínimo que sea, me encargaré de matarte, sin importarme el castigo posterior por incumplir ese tratado vuestro. Que por cierto.., ¿dónde está?
-Tranquilo, señor Night, cuidaré de su hija. No permitiré que le hagan daño y jamás me perdonaría el hacérselo yo- sonrió el chico-. Y el papelito lo tiene su hija, y ella será quien lo guarde.

martes, 14 de julio de 2015

Visiones de futuro #14

Los chicos dormían desnudos y abrazados en la misma cama. A aquel beso inesperado le siguieron otros, cada uno de ellos más apasionados que el anterior. Poco a poco, les fue sobrando la ropa, de la cual se iban desprendiendo como podían, tirándola allí donde se la sacaban. Cuando llegaron a la cama de Erica ya a ninguno le quedaba sobre su piel el menor rastro de tela. Él tiró a la vampiresa sobre el duro colchón y, poniéndose sobre ella, le acabó haciendo el amor de una forma lujuriosa mientras, ella en medio de la excitación, mordió al joven repetidas veces, bebiendo de él apenas unas gotas de sangre con cada dentada y eso, en lugar de pararlo o molestarlo, lo encendía aun más en la cama, resultando un juego intenso y agotador.
Siguieron durmiendo hasta que el sol comenzó a molestarles. Marc se levantó de un salto y cerró con rapidez la ventana.
-Joder... ¡Cómo me molesta hay el puto sol!- Gruño molesto y se volvió a acostar abrazando a la vampiresa.
-Sí... Hay días que la luz nos molesta más- le respondió ella sin quitar se cara de debajo de la almohada.
El chico se rió y empezó a besarle la espalda. Hoy no le apetecía entrenar, aunque estaba seguro de que Erica le obligaría a salir de cama y seguir con su entrenamiento. A pesar de lo que el chico se había imaginado. no tenía agujetas ni dolor de ningún tipo pero, estaba seguro de que eso debía a su nueva condición como vampiro, bueno, aunque por lo que le había explicado Erica aquella tarde, no era un vampiro completo, sino que aún era medio humano.
-Venga, chico guapo, deja mi espalda tranquila. Que tenemos mucho que hacer.
Él suspiró y se separó y ella, riéndose por lo bajo, le dio un pequeño beso al chico.
-¿No eras tú el que quería entrenar para poder defenderse solito?- Le preguntó divertida.
-Sí...
-Pues venga, vamos a la cocina, que de seguro que te mueres de hambre.
Los chicos se vistieron ropa deportiva y bajaron a la cocina. Realmente Marc no tenía demasiado apetito, por lo que se preparó una buena taza de café con un par de tostadas.
El entrenamiento de hoy comenzó por una pequeña carrera por el pueblo, lo que les sirvió a ambos de calentamiento. Para seguir prosiguieron por donde lo había dejado ayer, en un combate cuerpo a cuerpo.

Siguieron con el entrenamiento hasta bien entrada la noche, con apenas un par de descansos de media hora para que Marc comiera un poco. 
Agotado, el chico se dejó caer de rodillas sobre la hierba del jardín, Erica sonriendo y satisfecha por el trabajo conseguido aquel día, le regaló un pequeño beso en los labios.
-Elegido, creo que es hora de ambos vayamos de caza. Hace dos días que no pruebas la sangre y, con todo este esfuerzo físico, te sed debe de haber aumentado notablemente, a parte de que no es bueno no alimentarse regularmente.
Él se limitó a asentir y a alejarse corriendo a gran velocidad, dejando que sus instintos y sentidos más animalescos lo guiasen. La vampiresa lo seguía de cerca, pues ella también empezaba a tener sed, ya que la poca sangre que había tomado mientras se acostaban no era suficiente como para saciarla.
El chico siguió el rastro de un animal, el cual no tardó en encontrar y se abalanzó sobre él, clavándole los colmillos sobre la yugular y comenzando a beber con ansia. Una vez se hubo saciado, dejó el cadáver del animal a un lado y empezó a buscar a Erica. Seguir el rastro de su compañera era bastante más difícil que seguir el de un animal, ella sabía moverse sin dejar huellas. Marc caminaba despacio, intentando localizarla, pero por más que lo intentaba, no encontraba nada que lo ayudase a guiarse. 
Tras un rato y desesperado por no encontrarla, empezó a llamarla a gritos.
-Ay guapo- se rió la chica que aparecía detrás de él-. Vamos a tener que practicar esto de seguir huellas.

jueves, 9 de julio de 2015

Dejar atrás un lugar llamado IES A Paralaia

 Hace ocho años entré, con bastante miedo, en el instituto que me tocaba por pertenecer a un determinado colegio. Ese instituto, tan grande y extraño para mi, era el IES A Paralaia.
Aquel día de septiembre posé por primera vez mies pies sobre las baldosas de una de las aulas de aquel desconocido edificio. Cohibida, miré a las pocas personas que conocía, el resto me asustaba, socializar nunca había sido lo mío. Junto a una vieja amiga busqué un pupitre libre al final del aula, aunque era pequeña y apenas tenía dos filas. Al llegar el tutor nos cambió de sitio, por socializar, y me sentó con una persona que no conocía. Por fortuna, poco a poco fui conociendo a mis nuevos compañeros, algunos de ellos, con le tiempo, serían con los que más me llevaría y en los que más confiaría.
De ese primer día ya han pasado casi diez años. A pesar de un par de malos recuerdos, de burlas recibidas por no ser como los demás, en aquel centro educativo ha sido donde, hasta el momento, he pasado los mejores momentos de mi vida y ahora, con nostalgia, escribo estas líneas.
Han sido varios los profesores que me han educado, no solo intelectualmente sino también moralmente. Ellos me han enseñado a ser más fuerte, a tener mayor confianza en mi misma y a luchar por mis sueños.
Ahora, en esta tarde de verano, a punto de ponerse el sol, dejo vagar mi mente por los pasillos de aquel edificio: miro con nostalgia los rostros de mis compañeros, sonrío a los fantásticos conserjes que tenemos y presto mi atención, aunque en ocasiones no sea fácil, a lo que están diciendo los profesores.
Con el tiempo he aprendido que incluso las asignaturas que más aborrecía me han enseñado algo.
De mi profesora de ética, ciudadanía y filosofía he aprendido a valorar y a apreciar el poder del conocimiento y de que nunca hay que dejar de sorprenderse por las pequeñas cosas. De ella también aprendí a ser mejor persona, a ayudar a los que lo necesiten y a dejar que me ayuden pero, lo siento profe, para eso aún me faltan un par de clases.
Por los profesores de francés me acabé enamorando  de un bello país y una hermosa lengua.
Con los profesores de educación física aprendí lo importante que es el deporte, aunque seamos sinceros, sigo siendo muy perezosa.
Gracias a los profesores de mis ambas lenguas maternas, el gallego y el castellano, comprendí el gran poder que se puede mostrar con unas pocas palabras. También, gracias a ellos, me aficioné a la escritura, aunque debo aún mejorarla, y consiguieron que amara aún más la lectura.
Con la profesora de ciencias para el mundo contemporáneo choqué de lleno con la cruda realidad y me hizo comprender lo bien que estoy yo realmente y lo destruido que está el mundo por culpa de unos pocos. Ella me enseñó algunas cosas y formas de mejorar mi entorno y a valorar lo que tenemos y, como no, a odiar a Monsanto.
Los profesores de biología consiguieron que sintiera curiosidad por todo lo que me rodea y que aprendiera como funciona el mundo.
Los profesores de sociales e historia me mostraron cómo era el mundo antes de que yo existiera. Es bueno conocer la historia para poder imaginar cómo será nuestro futuro.
Los profesores de plástica y música cultivaron mi interés por las artes.
Con los profesores de matemáticas descubrí lo difícil que puede llegar a dos.
Los profesores de física y química me mostraron la magia que se puede llegar a crear con un par de sustancias y la forma en que se mueven los objetos.
Con los profesores de tecnología e informática comprendí que lo mío no era estar entre cables.
De los profesores de inglés aprendí que no a todos se le da bien este idioma.
El profesor de religión me enseñó a respetar las otras religiones y culturas.
Y ahora yo, con mis humildes letras, quiero agradecerles a mis profesores y compañeros todo lo que aprendí a su lado en estos ocho años y agradecerles también toda la ayuda y apoyo que me dieron durante todo ese tiempo.
A pesar de que me vaya de ese lugar, sé que su recuerdo permanecerá intacto.

m) Otra vez aquí

Pasaron varios días hasta que la pareja llegó cerca de la academia. Se alojaron en un pequeño hotel de la zona usando nombres falsos.
-Cari, deja que te acompañe- insistía Iris-
-No.
-Vamos... Por fa...- Le empezó a poner ojitos de cachorro mientras le hablaba en voz suave.
-No, Iris, no me vas a convencer. Da igual que te ocultes o cambies tu aspecto, fijo que esa vieja bruja sabe que eres tú. Voy a ir solo.
-Pero...
-No. Espérame aquí. Ya te compensaré bien luego- dicho esto se rió y se despidió de su chica con un pequeño beso.
Salió del hotel y en menos de cinco minutos ya se encontraba dentro del recinto de la academia. En todos esos meses que él había estado fuera nada había cambiado, aunque eso no le sorprendió.
Los jardines estaban desiertos a esa hora de la mañana, algo normal pues era pleno verano y ya apenas quedaban alumnos en aquel lugar, solo quedaban los que tenían que recuperar alguna asignatura o aquellos que no tenían a donde ir. Entró al edificio principal y se dirigió al despacho de la directora, esperaba encontrar allí a la señora Arai, sino, no sabía donde poder encontrarla. Una vez frente al despacho llamó a la puerta y esperó una respuesta.
-Pase- respondió la voz de la mujer desde el interior. Hermi entró sin vacilar-. ¡Ah! Es usted, señor Owen, ya creía que había muerto. ¿Y bien? ¿Dónde está la hechicera?
-Muerta señora... No he podido evitar que se suicidara de camino hasta aquí. He estado tantos meses vigilándola para nada...- Mintió el chico según lo acordado con Iris.
-¡Es usted un inútil!- Vociferó la señora Arai-. ¡Lárguese de mi vista y no vuelva jamás a mi academia! ¡Ya no me sirve de nada!
-¿Perdone?
-Sí, imbécil, he expulsado al cabrón de mi hijo y a la puta de su novia. Y usted ya no me sirve de nada. ¡Lárguese y no vuelva!- Gritó amenazante y cabreada.
-¿Dónde puedo encontrar a su hijo?
-¿Para qué lo quiere saber?- Se rió- ¿Acaso le va a contar lo que he hecho? Buena suerte. Takumu te matará nada más enterarse que ha intentado matar a su apestosa novia. Y lárguese de una vez.
El chico salió de allí. Aquella visita había sido inútil
-¡Joder! ¿Y ahora cómo mierda voy a encontrar a Sam y a Taku?- dijo para si.
-¿Buscas a mi hermano?- Preguntó una voz a su espalda.

miércoles, 8 de julio de 2015

15: Comienza el cambio (Quinta y última parte)

El primero el levantarse de su asiento y en reunirse con el Anciano fue el padre de Nana.
-Confío en ustedes- le dijo a los chicos.
-Gracias señor Mutou- le agradeció Taku.
Poco a poco se le van uniendo los otros líderes de los clanes. Taku, contento, lamió la mejilla de su novia antes de saltar al suelo retomando su aspecto humano. El Anciano miró a sus otros dos compañeros en busca de apoyo.
-Verán- comenzó a decir Taku-, en mi clan somos muy estrictos con los contratos- miró a todos los demonios incluyendo a su novia.
-¿A qué te refieres?- Preguntó ella.
-Lo siento amor, pero necesito un pelín de tu sangre- sonrió y miró a los padres de Nana-. Y ustedes ya saben de que les hablo- sacó un papel en apariencia antiguo y lo firmó-. Cada uno de ustedes deberá firmar el papel, el cual será guardado por la familia Night.
-Acepto el cambio de trato hacia los mestizos y los familiares- informó el segundo de los Ancianos.
-Y vuestro acuerdo- matizó el tercero, uniéndose al resto.
-Aquellos que estén de acuerdo, por favor, firmen- les animó Taku.
Los demonios se fueron acercando de uno en uno para ir firmando el contrato.
-¿Incluso yo?- Preguntó Sam.
-Sé que no es necesario, pero sí.
-¿Para qué necesitas mi sangre?- Volvió a preguntar mientras firmaba.
Taku la mordió y bebió un poco de ella y, tras eso, le entregó el papel.
-Tenía un poco de hambre- le sonrió-. Guárdalo bien.
Mientras los demonios los miraban, Sam comenzó a reírse y Taku volvió a tomar aspecto de gato negro.
-Chico... No creo que sea el mejor sitio para alimentarse...- Comentó uno de los Ancianos.
-Lo siento, pero mejor eso a acabar sediento y bebiendo de una forma aún más obvia. Además, deberían acostumbrarse a ello, aunque no sea de buena educación, muchos vampiros no tienen ni idea de que es así y simplemente beberán como si yo mismo estoy delante.
-No es agradable cuando Takumu tiene demasiada hambre- informó Sam.
-Eso es cierto- lo confirmó el señor Mutou.
-¿Y qué ocurre si alguien incumple alguna parte del tratado?
-Verán...- Comenzó a informar Taku-. No es un contrato normal. En caso de que alguien incumpla algo, como matar a alguien de la otra especie, por ejemplo, el resto de los que lo firmaron serán informados de forma mágica. Después, entre todos, ya se verá cuál es el mejor castigo.
Los demonios asintieron y. cuando lo Ancianos dieron permiso y dieron por finalizada la reunión, fueron saliendo de la sala de reuniones. Sam cogió a su novio en brazos y salió de allí.

martes, 7 de julio de 2015

Visiones de futuro #13

Marc dormía destapado y boca abajo sobre la cama mientras que Erica estaba sentada a su lado, esperando a que el chico despertara. La chica le sonreía y esperaba con ansia a que el joven se despertara, le gustaba pasar tiempo con él, desde que lo había encontrado, su fuga, en cierta medida, se había vuelto más llevadera y tenía curiosidad por comenzar su entrenamiento.
Pasaron aún unas pocas horas más hasta que Marc se despertó y bostezando, se fijó en que Erica estaba sentada a su lado.
-Erica... ¿Qué haces aquí?
-Buenos días guapo. Esperar a que te despertaras, ¿no es obvio?
-¿Has estado aquí todo el rato?
-Sí. Venga, levántate y vístete y desayuna rápido.
Dicho esto la vampiresa salió de la habitación, dejando al chico bastante incrédulo, seguía sin entender a aquella chica.
En menos de quince minutos Marc ya se había reunido con Erica en el jardín.
-Bueno, ¿y qué vamos a hacer?- Le preguntó a su entrenadora.
-Hoy no haremos muchos, solo quiero comprobar de lo que eres capaz de hacer actualmente.
Él asintió y comenzó de inmediato su entrenamiento. Lo primero que hicieron fue correr un poco por el pueblo, pero, el chico, en seguida se agotaba, no tenía demasiado aguante. Siguieron con algunos estiramientos y, como Erica ya se imaginaba, el chico no era demasiado flexible. 
-Vamos cielo, aguanta un poco más- le animaba ella sonriente.
Tras hacer una pequeña pausa para comer siguieron con los entrenamientos. Marc levantaba las pesas mejor de lo que la chica se imaginaba, para no ser un chico muy musculado ni deportista, tenía más fuerza de lo que parecía, ese hecho animó a Erica. El joven aguantó bastante tiempo haciendo pesas hasta que, agotado, las dejó en el suelo y miró a la chica con cara cansada.
-¿Queda algo más hoy?
-Me temo que sí- le sonrió una vez más ella-. Pelear un poco contra mi.
Él asintió y poniéndose en pie, empezó su ataque a su entrenadora. Erica era mucho más rápida que él, por lo que los ataques del chico jamás llegaban a tocarla si quiera. Divertida, decidió ser ella la atacante y comprobar la rapidez y los reflejos del chico. Con un movimiento rápido se agachó y estirando su pierna mientras giraba derribó al chico, lo que no se esperaba y la hizo caer era que Marc la agarrase en el último momento. Ambos, estando uno encima del otro, se empezaron a reír y, tras un pequeña mirada a los ojos, se besaron.

sábado, 4 de julio de 2015

l) Vuelta a la academia

Iris besó a Hermi antes de proponer lo que tenía en mente.
-Cariño, lo que creo que deberías hacer es volver a la academia y, desde allí, investigar a dónde se han ido los chicos, si siguen vivos o no o mismo si siguen en la academia como si nada.
-¿Volver a ese sitio? ¿Estás loca Iris? ¡La señora Arai me matará si no te llevo presa!
-No lo hará, no te preocupes. Yo iré contigo, no te preocupes.
-¿Crees que te dejaré venir para que esa vieja loca te rapte?
La chica se empezó a reír. Le gustaba saber que su amante se preocupaba por ella.
-Hermi, no voy a ir con este aspecto. Parte del camino lo haré con mi forma de animal. Sí, ya se que un tigre es un tanto sospechoso, pero aquí no. ASí que, una vez allí cambiaré de aspecto físico mediante un encantamiento.
-No voy a conseguir que cambies de idea, ¿verdad?- Resopló él.
-Pues no. Además... Seguro que yendo tú solo no serás capaz de llevar todo a cabo y te dejarás capturar por esa vampiresa.
-Bueno...  Si no queda otra, dejaré que me acompañes.
La le sonrió y volvió a besarlo y él correspondió al suave beso de su chica mientras la pegaba a él.


Durante los siguientes días los chicos se dedicaron a preparar un par de mochilas con todo lo que iban a necesitar para llevar a cabo aquel plan y su largo viaje de regreso a la academia. Hermi recuperó su viejo bastón de mago, desde que entrara por primera vez a la casa de Iris no lo había vuelto a coger y se había quedado guardado en el armario de su habitación. Iris, por su parte, metió en su mochila alguna que otra poción que les pudiera hacer falta y cogió, también, su grande y polvoriento libro de hechizos.
Antes de partir Hermi le enseñó a la chica en un mapa el lugar exacto en el que se encontraba la academia. Ella suspiró al comprobar el largo camino que deberían recorrer, sabía que tardarían mucho tiempo en volver a su casa y poder disfruta de nuevo de las maravillas que había aprendido el joven mago a hacer en la cama.
El chico guardó el mapa en su mochila y tras comprobar que su chica ya estaba transformada en tigresa, partío a su nueva aventura.

miércoles, 1 de julio de 2015

14: Comienza el cambio (Cuarta parte)

-Señor Arai..- comenzó a hablar uno de los Ancianos-, el asunto es más complicado de lo que vos veis.
-Para mi las cosas son muy simples- respondió Taku-, también en mi clan hay extremistas que están en contra, pero es muy sencillo, tiene órdenes de no tocar a un demonio y, el primero que lo haga, morirá- dijo esto tranquilo, sin cambiar de posición.
-No solo es vuestra raza, ¿y los licántropos, sirenas y demás?
-Las sirenas jamás se han metido en los asuntos más allá de la superficie del mar- contestó Sam con voz tranquila-. Los ángeles y demonios somos enemigos por naturaleza, eso seguirá así. Y los licántropos...- miró a Taku esperando que el respondiera a eso.
-Los licántropos desde siempre han sido enemigos de los vampiros y eso no es algo que pueda cambiar aunque quisiera, por lo tanto, las cosas con ellos seguirán como hasta ahora y se evitarán peleas y guerras innecesarias.
Taku se puso en pie sobre la mesa a la vez que lo hizo otro de los Ancianos, este era mucho más viejo que el anterior y, en su rostro, no reflejaba estar conforme ni de acuerdo con lo que los chicos proponían. Miró fijamente a Sam antes de seguir hablando.
-Desde que ha llegado no ha causado más que problemas.
-Intento solucionar aquellos que vuestra quinta nos ha dejado de herencia- replicó mientras Taku se ponía frente a ella.
-Voy a deciros algo, a todos ustedes, si no fuera por Samantha estaríais muertos. Así que, tened cuidado con decir que no da más que problemas.
-¿Nos está amenazando?- Preguntó otro demonio.
-No. Solo digo la verdad. ·En ningún momento se me ocurriría amenazar a un demonio después de decirles a los de mi clan que no les tocaran ni un pelo.
-Venerables Ancianos- comenzó a decir el primer Anciano que hablara, el más joven de los tres-, líderes de los cinco Clanes originales y señor Arai- los miró a todos antes de seguir-. Estos jovencitos tiene razón. Desde hace tiempo que hemos tratado mal a nuestros hios mestizos, sin darles oportunidad a aprender. La señorita Night es un claro ejemplo de que con paciencia y práctica se consigue un pleno control- miró a Taku-. En tanto en cuanto, con los vampiros, el señor Arai creo que ha demostrado con creces que merecemos establecer de una vez por todas la paz entre nuestras especies. Antiguamente, vampiros y demonios éramos los mayores aliados.
Taku y Sam miraron a aquel Anciano, asombrados por sus palabras y agradecidos por su comprensión.
-Le agradezco su apoyo, señor- le sonrió Taku.
-¿Y bien? ¿Qué opinan ustedes?- Preguntó el Anciano mirando a sus compañeros.