miércoles, 22 de julio de 2015

17: Una breve charla con los familiares


Los chicos regresaron en seguido a su nuevo hogar como pareja, donde los esperaban sus familiares, deseosos de saber de qué habían hablado en la primera reunión de Sam como líder del clan Night.
-Venga chicos, contadnos qué pasó- les rogó Nana poniéndoles ojitas.
-Os lo contamos ahora, yo a esa carita no me puedo resistir- dijo Sam tras reírse-. Bueno, lo principal para lo que me querían era para que diera la cara y me presentara como líder del clan Night. A parte de eso...
-Hemos propuesto unos cambios- prosiguió Taku con la explicación.
-¿Cambios?- Preguntó Gaziel.
-Sí.
-Esos cambios, que sé que Taku prefiere que los explique yo, consiste en una mejora en el trato hacia los mestizos y familiares.
-¡¿Cómo?!- Preguntó la pareja a la vez.
-Pues eso, chicos. Hacia los familiares, el cambio se basa en que dejaréis de ser considerados como demonios inferiores y que seréis tratados con unas condiciones óptimas, tal como hago yo contigo, Gaziel.
-Pero eso... Es muy difícil de conseguir, gatita. Siempre se nos ha considerado inferiores y yo he tenido suerte en ser tu familiar...
-Pues eso va a cambiar, al menos en la teoría y espero que igual en la práctica. Y en cuanto a los mestizos, se los tratará mejor, enseñándoles a controlarse y lograr que así se equilibren de una forma correcta y no como lo hice yo.
-Cariño, se te olvida otra cosa que pactamos.
-No amor. Lo otro... Es que ningún vampiro puede atacar a los demonios y viceversa, hemos retomado la paz y convivencia que existía antes entre nuestras especies.
-Joder chicos, eso es increíble. Pero, ¿cómo os vais a asegurar de que los otros demonios y vampiros cumplan con los cambios que propusisteis?- Quiso saber el familiar de Sam.
-Muy sencillo, con esto- le respondió Sas mostrándole el pergamino que habían firmado en la asamblea-. Es un contrato Arai y ambos sabéis como son.
Los chicos asintieron, estaban asombrados por todos los cambios que los otros demonios habían aceptado en tan poco tiempo.
-¿Y ahora qué nos espera?-Preguntó Nana.
-Vivir... O eso espero, no creo que nadie me vaya a atacar.
Los cuatro se rieron con aquella respuesta de Sam, habiendo firmado aquel contrato tan estricto, dudaba que ninguno de los demonios la fuera a atacar.
Siguieron conversando y riendo hasta bien entrada la noche. Los chicos se despidieron, yéndose cada pareja a su habitación.

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