-Señor Arai..- comenzó a hablar uno de los Ancianos-, el asunto es más complicado de lo que vos veis.
-Para mi las cosas son muy simples- respondió Taku-, también en mi clan hay extremistas que están en contra, pero es muy sencillo, tiene órdenes de no tocar a un demonio y, el primero que lo haga, morirá- dijo esto tranquilo, sin cambiar de posición.
-No solo es vuestra raza, ¿y los licántropos, sirenas y demás?
-Las sirenas jamás se han metido en los asuntos más allá de la superficie del mar- contestó Sam con voz tranquila-. Los ángeles y demonios somos enemigos por naturaleza, eso seguirá así. Y los licántropos...- miró a Taku esperando que el respondiera a eso.
-Los licántropos desde siempre han sido enemigos de los vampiros y eso no es algo que pueda cambiar aunque quisiera, por lo tanto, las cosas con ellos seguirán como hasta ahora y se evitarán peleas y guerras innecesarias.
Taku se puso en pie sobre la mesa a la vez que lo hizo otro de los Ancianos, este era mucho más viejo que el anterior y, en su rostro, no reflejaba estar conforme ni de acuerdo con lo que los chicos proponían. Miró fijamente a Sam antes de seguir hablando.
-Desde que ha llegado no ha causado más que problemas.
-Intento solucionar aquellos que vuestra quinta nos ha dejado de herencia- replicó mientras Taku se ponía frente a ella.
-Voy a deciros algo, a todos ustedes, si no fuera por Samantha estaríais muertos. Así que, tened cuidado con decir que no da más que problemas.
-¿Nos está amenazando?- Preguntó otro demonio.
-No. Solo digo la verdad. ·En ningún momento se me ocurriría amenazar a un demonio después de decirles a los de mi clan que no les tocaran ni un pelo.
-Venerables Ancianos- comenzó a decir el primer Anciano que hablara, el más joven de los tres-, líderes de los cinco Clanes originales y señor Arai- los miró a todos antes de seguir-. Estos jovencitos tiene razón. Desde hace tiempo que hemos tratado mal a nuestros hios mestizos, sin darles oportunidad a aprender. La señorita Night es un claro ejemplo de que con paciencia y práctica se consigue un pleno control- miró a Taku-. En tanto en cuanto, con los vampiros, el señor Arai creo que ha demostrado con creces que merecemos establecer de una vez por todas la paz entre nuestras especies. Antiguamente, vampiros y demonios éramos los mayores aliados.
Taku y Sam miraron a aquel Anciano, asombrados por sus palabras y agradecidos por su comprensión.
-Le agradezco su apoyo, señor- le sonrió Taku.
-¿Y bien? ¿Qué opinan ustedes?- Preguntó el Anciano mirando a sus compañeros.
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