El chico volvió junto a Iris y le informó dónde y cómo podían encontrar a los chicos y que la información se la había dado la hermana del vampiro.
-¿Y te puedes fiar de ella? ¿No será alguna trampa de la madre del chico?- Preguntó Iris sin ser capaz de confiar demasiado en la información obtenida.
-Sí, estoy talmente seguro de que nos podemos fiar de la información que nos pasó Shana. Al igual que su hermano, no es que le tenga un especial afecto a su madre y estoy seguro de que, sabiendo que lo que le tengo que decir es de vital importancia, nos ayudará a encontrar a su hermano. Por eso estoy seguro de que la dirección es la correcta y que, para poder llegar hasta allí, debo tomarme esa poción.
-Pero...
-No hay peros que valgan- le interrumpió el chico-. Si es un engaño, pues moriré en el intento de intentar arreglar lo que estropeé por mi idiotez.
La chica suspiró y asintió.
-Iré contigo, amor. No quiero que completes esta aventura tú solo.
-Gracias, Iris. Te dejo acompañarme, pero solo yo me acercaré a la mansión Arai, yo si que no permitiré que te pongas en riesgo por algo que debo hacer yo solo.
-Está bien...- Aceptó la chica. Sabía que no iba a conseguir que su chico cambiara de opinión en eso-. Pero amor, ¿qué harás si no eres capaz de hablarles? Porque te conozco y sé lo mucho que te cuesta hablar ante unos desconocidos y más aún en este caso...
El chico pensó un rato en qué podía hacer, en cuál sería su plan B en caso de que no lograra hablar. Caminó por la habitación barajando todas las posibilidades que le pasaban por la mente, pero ninguna le parecía la correcta ni mucho menos la más adecuada. Finalmente y parándose ante el pequeño escritorio que había en aquella habitación de hotel, decidió escribir una carta explicándoles todo lo que había hecho y cuáles eran los planes futuros de la señora Arai. Sabía que una carta demostraba la falta de valentía, pero el vampiro siempre le había causado mucho respeto y sabía que si le contaba todo aquello cara a cara, el resultado podría ser su propia muerte.
-¿Finalmente te has decidido por redactar una carta, amor?
El chico asintió a modo de respuesta mientras metía las hojas escritas en un sobre.
-Me parece lo mejor. Así te arriesgas menos. Bueno, es hora de que partamos hacia el final de esta aventura.
Hermi abrazó a Iris y la besó antes de partir hacia la mansión Arai.
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