Pasaron varios días hasta que la pareja llegó cerca de la academia. Se alojaron en un pequeño hotel de la zona usando nombres falsos.
-Cari, deja que te acompañe- insistía Iris-
-No.
-Vamos... Por fa...- Le empezó a poner ojitos de cachorro mientras le hablaba en voz suave.
-No, Iris, no me vas a convencer. Da igual que te ocultes o cambies tu aspecto, fijo que esa vieja bruja sabe que eres tú. Voy a ir solo.
-Pero...
-No. Espérame aquí. Ya te compensaré bien luego- dicho esto se rió y se despidió de su chica con un pequeño beso.
Salió del hotel y en menos de cinco minutos ya se encontraba dentro del recinto de la academia. En todos esos meses que él había estado fuera nada había cambiado, aunque eso no le sorprendió.
Los jardines estaban desiertos a esa hora de la mañana, algo normal pues era pleno verano y ya apenas quedaban alumnos en aquel lugar, solo quedaban los que tenían que recuperar alguna asignatura o aquellos que no tenían a donde ir. Entró al edificio principal y se dirigió al despacho de la directora, esperaba encontrar allí a la señora Arai, sino, no sabía donde poder encontrarla. Una vez frente al despacho llamó a la puerta y esperó una respuesta.
-Pase- respondió la voz de la mujer desde el interior. Hermi entró sin vacilar-. ¡Ah! Es usted, señor Owen, ya creía que había muerto. ¿Y bien? ¿Dónde está la hechicera?
-Muerta señora... No he podido evitar que se suicidara de camino hasta aquí. He estado tantos meses vigilándola para nada...- Mintió el chico según lo acordado con Iris.
-¡Es usted un inútil!- Vociferó la señora Arai-. ¡Lárguese de mi vista y no vuelva jamás a mi academia! ¡Ya no me sirve de nada!
-¿Perdone?
-Sí, imbécil, he expulsado al cabrón de mi hijo y a la puta de su novia. Y usted ya no me sirve de nada. ¡Lárguese y no vuelva!- Gritó amenazante y cabreada.
-¿Dónde puedo encontrar a su hijo?
-¿Para qué lo quiere saber?- Se rió- ¿Acaso le va a contar lo que he hecho? Buena suerte. Takumu te matará nada más enterarse que ha intentado matar a su apestosa novia. Y lárguese de una vez.
El chico salió de allí. Aquella visita había sido inútil
-¡Joder! ¿Y ahora cómo mierda voy a encontrar a Sam y a Taku?- dijo para si.
-¿Buscas a mi hermano?- Preguntó una voz a su espalda.
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